Un montañero y fotógrafo tinerfeño, Fernando Cova del Pino, logró fotografiar en días pasados a una manada de muflones caminando entre la nieve en el Parque Nacional del Teide. El excursionista de encontró a los ejemplares de esta especie de casualidad, pues se cruzaron en su camino. Gracias a que llevaba un equipo fotográfico, pudo tomar las capturas bastante más de cerca de lo que suele ser habitual. Según contó Fernando Cova, se trata de dos machos (los que tienen cornamenta) y ocho hembras de especie introducida en las cumbres de Tenerife en 1971, durante el franquismo, para la caza, cuando el Parque Nacional lo llevaba el desaparecido ICONA y no estaba tan protegido como ahora.

Si es difícil encontrarse con muflones, pues huyen de cualquier ruido y se aíslan, más lo es fotografiarlos tan de cerca. Estos animales alpinos, traídos a la Isla desde su habitat natural de Córcega y Cerdeña, se mueven entre los 1.000 y los 3.500 metros de altitud, es decir, entre el Parque Nacional y los pinares del preparque y la corona forestal. Son muy huidizos, huyen cuando oyen o huelen cualquier rastro de ser humano y en la actualidad se mueven con más cuidado todavía ante la gran afluencia de visitantes al Parque Nacional.

Fernando Cova aseguró que fue "gozada" encontrarse esta manada. "Son unos ejemplares de una especie intrusa, como el mismo ser humano, que intenta sobrevivir ante la masificación del Parque Nacional y los intentos de erradicarlos", aseguró el fotógrafo y montañero.

En el año 1971, se realiza una primera suelta de ejemplares del Muflón de Córcega (Ovis orientalis, Linnaeus 1758) en el Roque de la Grieta. Eran 4 ejemplares machos y 5 hembras de este bóvido (familia de las cabras) cuyo hábitat natural son las zonas montañosas, bosques abiertos y amplios pastos, y que se adaptan fácilmente a distintos medios. El habitat del Teide es ideal para ellos porque es alta montaña. No se sabe a ciencia cierta cuántos quedan. Según datos que figuran en la web del Cabildo de Tenerife, se estima que en la actualidad quedan entre 70-125 ejemplares.

Los responsables del Parque Nacional los están intentando erradicar pues son ejemplares de una especie introducida que causa daños a la flora del Teide.