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La amputación estética "produce un sufrimiento injustificado en los animales", según los expertos

"Ninguno debe ser sometido a una mutilación por capricho", afirma la veterinaria Ana López Pombo - Los profesionales del sector respaldan la ley que pondrá en marcha la Xunta contra esta práctica

Un perro, abandonado en la puerta de la protectora de Moaña. // S. Álvarez

La estética de razas de perros como el doberman, el rottweiler, schauzer, los terriers, poodle, yorkshire y algunos spaniel, cambiará radicalmente, ya que la nueva Ley de Protección y Bienestar de los Animales de Galicia prohibirá expresamente la mutilación por cuestiones estéticas. Tanto veterinarios, como protectoras y asociaciones de animales están de acuerdo con abolir esta práctica, que supone un sufrimiento innecesario al animal, pone en riesgo su vida y además puede conllevarle complicaciones en un futuro. De hecho, muchos veterinarios gallegos ya se oponían a realizar este tipo de intervenciones, que a partir de la aprobación de la nueva normativa pasará a ser una falta grave, sancionada con cantidades entre los 501 y los 5.000 euros.

"Cualquier operación tiene un riesgo, porque supone una anestesia, conlleva riesgos, y tiene un postoperatorio, durante el que hay que controlar que los puntos de cirugía no se infecten y controlar el dolor con anelgésicos", explica Ana López Pombo, vicepresidenta del Consello de Colegios de Veterinarios de Galicia. Por ello, antes de someter a un animal a una operación, hay que valorar los pros y los contras, y en el caso de la caudectomía estética no hay razones que la justifique. "Es más, las orejas protegen el pabellón auditivo y al cortárselas, el animal puede tener problemas de infecciones. Ningún animal debe ser sometido a una amputación por capricho", insiste.

Rubén Pérez, delegado de la asociación animalista Libera en Galicia, añade que esta práctica también acarrea problemas en el comportamiento del perro amputado, que puede ser rechazado por sus congéneres. "Al no tener cola ni orejas, otros perros pueden no reconocer si están contentos o agresivos", explica el ecologista, que espera que esta prohibición sea extensible a la desungulación o amputación de las garras felinas, una práctica que resulta traumática para el gato ya que le despoja de uno de sus rasgos de identidad y que los animalistas denuncian desde hace años.

El borrador de la nueva norma autonómica prohíbe también el uso de animales silvestres en los espectáculos circenses, una medida que, según Pérez, afectará al 99% de estos espectáculos. "Esta es la respuesta a una demanda social. Cuarenta ayuntamientos se han declarado libres de circos con animales, entre los que se encuentran seis de las siete principales ciudades de Galicia, y la que queda, A Coruña, está pendiente de aprobar esta declaración", comenta Pérez. Lo que lamenta el ecologista, es que el texto no incluya la prohibición de las corridas de toros, contra las que ya se han manifestado en contra casi una veintena de municipios y que en Galicia ya solo mantiene una programación estable en Pontevedra.

El texto preliminar también prohíbe expresamente la educación "agresiva, estresante o violenta" a los animales, y "su instigación o preparación para peleas o ataques", con la excepción del adiestramiento de perros de empresas de seguridad.

La normativa exige la colocación del microchip a los perros, algo que ya era obligatorio, aunque con un seguimiento bastante tímido ya que se calcula que solo la mitad de los canes están inscritos en el Registro Galego de Identificación Animales de Compañía (REGIAC). En el caso de las razas potencialmente peligrosas, es obligartoria la obtención previa de una licencia municipal y su inscripción en el registro municipal de animales potencialmente peligrosos. Según el borrador, son potencialmente peligrosas las razas american stafforshire terrier, pit bull terrier, bullmastif, dobermann, dogo argentino, dogo de Burdeos, dogo del Tíbet, fila brasileño, mastín napolitano, presa canario, presa mallorquín (ca de bou), rottweiler, bull terrier, staffordshire bull terrier, tosa inu y akita inu, y los cruces de primera generación.

La Xunta endurecerá las sanciones, medida que justifica por el descenso del maltrato animal en aquellas comunidades "con una normativa sancionadora más dura".

Así, las faltas leves se penalizarán con el apercibimiento o una multa de 100 a 500 euros. Se consideran faltas leves, entre otras, la venta, donación o cesión de animales a menores de 16 años sin la autorización de sus padres o tutor; no mantener a los animales en buenas condiciones higiénico-sanitarias; no facilitarles comida y alimentación suficiente excepto en casos en los que el perjuicio para el animal sea grave, y vender animales fuera de los establecimientos. También se considerará falta leve su exhibición en escaparates o zonas expuestas a la vía pública.

Entre las penas graves, castigadas con multas de entre 501 y 5.000 euros, están el abandono de animales; el maltrato que les cause dolor, sufrimiento o lesiones invalidantes; no proporcionarles los cuidados necesarios para evitar su sufrimiento; el empleo de collares o métodos que les cause dolor o daño; su mutilación sin prescripción y control veterinario; su uso en trabajos que los inmovilicen; y tener animales no censados en los registros correspondientes. Por último, muy grave se considera el maltrato con resultado de muerte; educarlos de forma agresiva; la organización y celebración de espectáculos, peleas u otras actividades con animales que impliquen crueldad p que pueda causarles sufrimiento; disparar a los animales, y el empleo de especies silvestres en los circos. Estas faltas conllevarán multas desde los 5.001 euros a los 30.000.

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