"El horario español actual es una aberración. Es un horario solo útil para los comerciantes. Tener la misma hora en Vigo que en Varsovia es completamente demencial porque obliga a la gente a comer tarde y cenar cuando el resto de Europa está durmiendo. Como consecuencia, se acuesta tarde toda la familia, los niños llegan muertos de sueño al colegio y los padres se levantan tarde y con sueño y no dan bien de desayunar a los pequeños." Esta es la opinión del doctor en Medicina y Cirugía Felipe Casanueva, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Santiago, que acaba de recibir el premio al mejor médico de la sanidad gallega, concedido por el grupo editorial Sanitaria 2000.

Casanueva aseguró que el desfase entre el horario del reloj y el horario solar en España causa problemas metabólicos ya que "en Europa, se levantan a las siete de acuerdo a las siete horas de su horario solar. Pero, en Galicia, cuando marcan las siete en el reloj son realmente la seis en invierno y las cinco en verano, mejor dicho, casi las cuatro y media por estar casi a una hora del meridiano de Greenwich. El ser humano está diseñado para hacer sus funciones conforme al sol y este horario trastoca la alimentación".

El presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), en una entrevista concedida a FARO DE VIGO, también opinó sobre la posibilidad de que el gobierno limitase porcentualmente la cantidad de azúcares y grasas añadidos en los alimentos. "A nivel espontáneo no se va a realizar un control por parte de la gente. Yo estoy a favor de que se regule por ley la cantidad máxima de azúcares y grasas en las comidas que se ponen a la venta, manteniendo un diálogo con las industrias alimentarias. Eso se puede hacer. Nosotros, por ejemplo, hemos reducido un 25% la presencia de la sal en las harinas con las que se elabora el pan en los últimos diez años y nadie ha protestado. Eso es una ventaja brutal para la salud de la población en reducción de hipertensión arterial Los gobiernos deben intervenir regulando la composición de los alimentos y dialogando con los fabricantes y haciendo las cosas gradualmente, no por decreto", apuntó.

Crítico años atrás con los resultados de los fármacos para tratar a pacientes con obesidad, Casanueva indicó que en los últimos dos años este asunto presenta un panorama diferente.

"Los fármacos -indicó- para tratar la obesidad, actualmente, han experimentado un cambio rotundo por presión de los políticos norteamericanos, especialmente de Michelle Obama, que está comprometida en la lucha contra la obesidad. En pocos años, se legalizaron fármacos que nunca eran aprobados por la Food and Drug Administration (FDA). Ahora, Estados Unidos tiene nueve fármacos comercializados contra la obesidad que se recetan; mientras que, en España, no tenemos más que uno. La situación está cambiando a mejor porque, dentro de pronto, tendremos dos fármacos. También tenemos la cirugía bariátrica pero que no es una solución para todos los pacientes obesos".

Crítica política

El presidente de la Seedo lamentó que en España, ningún fármaco contra la obesidad sea cubierto por la Seguridad Social: "Lo tiene que pagar exclusivamente el paciente. Es una curiosidad y significa que tenemos aún muchos políticos en España que no se creen que la obesidad sea una enfermedad grave con un enorme gasto social y sanitario, así como un enorme sufrimiento para el paciente. Hay una razón de hipocresía. Si fallece un paciente con obesidad en sucasa o por un infarto caminando por la calle, nadie protesta contra la autoridad sanitaria porque no hay fármacos contra la obesidad".