El Sergas deberá de indemnizar con una cuantía de 90.000 euros a una vecina de Marín que perdió su mano izquierda tras fracasar varios procedimientos médicos; primero una embolización y posteriormente tres operaciones, que acabaron con la amputación del brazo desde el codo. Antes de los citados tratamientos, la mujer tenía movilidad total en sus articulaciones, aunque sufría una malformación arterio-venosa de nacimiento en la citada mano, según asegura la defensa de la afectada.

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de revocar una sentencia que había dictado previamente el Juzgado de lo Contencioso-administrativo de Santiago en 2015 y decidió elevar en 20.000 euros la cuantía de la indemnización. Los hechos ocurrieron en el hospital de Pontevedra en 2012 y, según expresa el abogado de la demandante, el estudio de la coagulación de la sangre que practicaron los facultativos a la afectada -y donde se detectó un déficit de proteína S- fue posterior a la operación.

"Este Tribunal muestra su parcial disconformidad con la sentencia apelada es en dos aspectos concretos; uno [...] el déficit de proteína S libre que la misma presentaba no debió ser desconocido o ignorado por los facultativos que la atendieron, así como su tabaquismo y el uso habitual de anticonceptivos orales. Y, otro, que la indemnización otorgada [...] debe verse incrementada en 20.000 euros con el siguiente desglose: 12.000 euros por la secuela y 8.000 euros por necesidad de adaptación de vehículo para el desarrollo de su trabajo", asegura el juez en su fallo que fue notificado ayer mismo.

Cadena de operaciones

Según el relato de los hechos, la mujer se sometió a una intervención de programada consistente en la embolización en mano izquierda. "Añade que en el postoperatorio inmediato presentó isquemia aguda en la citada mano y fue reintervenida urgentemente, y a las 12 horas precisó nueva reintervención, y a las 24 horas de la tercera se apreció una trombosis con isquemia aguda que exigió una cuarta intervención". Añade que, ante la nefasta evolución del miembro, en mayo de 2012 se procedió a la amputación infracondilea del mismo. Pero en el mes de junio de 2012 fue sometida a otras tres intervenciones para limpieza del muñón de amputación. El sumatorio de los factores de riesgo (tabaco, anticonceptivos y trombofilia) jugó un papel crucial en la mala evolución de la paciente, pero solo uno de ellos era conocido al inicio del tratamiento por los facultativos.