El holandés Romano Liberto Van Der Dussen, puesto ayer en libertad tras reconocer el Supremo que no violó a una mujer en agosto de 2003 en Fuengirola (Málaga), aseguró que "luchará para limpiar su nombre" y recordó: "A veces no podía más, pensé en acabar con mi vida porque la vida así no es vida, es un infierno".

Tras doce años y medio en varias cárceles españolas, a las que era trasladado por su propia seguridad tras ser condenado por violación, Van der Dussen salió de la prisión de Palma acompañado por una funcionaria de la embajada holandesa en Madrid, el capellán de la prisión, Jaume Alemany, y uno de sus dos abogados, que le han asistido gratuitamente durante estos años.

Eran exactamente las 17.02 cuando cruzó la puerta del recinto penitenciario donde le esperaban un numeroso grupo de periodistas, un día después de que el Supremo anulara la pena de seis años por una de las tres agresiones sexuales por las fue condenado.

Los abusos a tres mujeres ocurrieron la madrugada del 10 de agosto de 2003 y Van der Dussen continuará en España para "limpiar su nombre" porque es "inocente" de estos tres abusos sexuales, reiteró con un visible tono enfadado por "haber tirado 12 años y medio de su vida" detrás de los barrotes, dijo.

Durante este tiempo jamás reconoció su culpabilidad por ninguno de esos delitos, ni quiso hacer ningún curso carcelario de reinserción para violadores, lo que le supuso que jamás pudiese disfrutar de un periodo de permiso. Hasta 32 peticiones le fueron denegadas.

Antes del juicio en el que fue condenado, explicó, tampoco se acogió a la propuesta de la Fiscalía de rebajar la condena por algo que no cometió. "No soy un depredador sexual", sentenció.

"Es increíble -afirmó- lo que me han hecho y no voy a perdonarlo; voy a limpiar mi nombre porque no estamos en un país tercermundista, sino en un Estado democrático de derecho donde se debe respetar la dignidad inherente a un ser humano y sus derechos fundamentales".

A las puertas de la cárcel, este ciudadano holandés que ingresó en prisión con 30 años y ha salido con 43, reclamó una justicia, un gobierno y unos políticos españoles "como Dios manda" porque "desde hace nueve años se sabe que soy inocente y no se ha hecho nada por mí".

Desde 2007, señaló, la Policía sabía que su ADN no coincidía con una de las mujeres violadas. Después, Mark Dixie, un preso británico que en septiembre de 2005 asesinó a una joven modelo inglesa de 18 años, reconoció ser el autor del delito del que Van der Dussen ha sido absuelto.

Solo cuando "presionó" el Gobierno holandés se reactivó el caso, lamentó este expreso, quien anunció que reclamará una indemnización al Estado español, aunque aclaró: "No hay dinero en el mundo para pagarme por no haber estado con mi madre antes de morir, cuando me necesitaba, ni con mi hija, a la que dejé cuando era pequeña". "Saben, me han jodido la vida", apostilló.

Van der Dussen seguirá viviendo en España para continuar "peleando" en los tribunales y que se reconozca su inocencia en los otros dos casos. "Quiero volver a Holanda con el nombre limpio; lo único que pido es que me hagan justicia", reiteró.

Sobre las mujeres que fueron objeto de abusos en la madrugada del 10 de agosto de 2003, que en su día creyeron que el agresor era él, respondió que son "víctimas" y que "todos podemos equivocarnos", si bien apostilló que la Policía les "indujo".

Ayer por la tarde, Van der Dussen pisó la calle sintiéndose una persona en libertad, pero seguirá reivindicando su inocencia. "No puedo vivir así, lo he pasado muy mal", concluyó.