La familia del ganadero Manuel Suárez lleva más de quince días sin noticias de su paradero. Este vaquero de una parroquia de la coruñesa Betanzos desapareció el pasado 20 de enero tras enfrentarse con dos agentes de la Guardia Civil que se desplazaron hasta su granja de Cezar para incautar el ganado, que se encontraba en estado de abandono. Unas 90 reses ya han muerto de inanición.

Han pasado quince días desde que el hombre, de 48 años, huyó monte a través tras agredir a los efectivos del instituto armado, a los que intentó alcanzar con una horquilla. Los familiares y allegados, que denunciaron su desaparición en el cuartel tan solo un día después han rastreado los bosques sin encontrar la menor pista de su paradero.

Su hermano manifestaba el pasado viernes su preocupación por la total ausencia de noticias de Manuel. El familiar del desaparecido alertaba ya hace una semana de que este había dado muestras en los últimos meses de sufrir "algún tipo de trastorno mental" que, en su opinión, podría explicar la violencia con la que reaccionó al hacer acto de presencia la Guardia Civil para llevarse a sus reses.

Los allegados lamentan la falta de colaboración de la Guardia Civil y el Concello en las labores de búsqueda. Aseguran que el Grupo Supramunicipal de Emergencias de Betanzos solo colaboró durante dos días y que los efectivos del instituto armado no le dan el tratamiento de desaparecido, sino de "fugitivo".

"Perdido y desorientado"

Los familiares relatan que Manuel "se fue sin nada, sin ropa de abrigo, sin dinero, sin comida" y temen que haya podido sufrir un accidente o que se encuentre desorientado y perdido en el monte. Durante los últimos días, solo los allegados más próximos han salido en su búsqueda.

Pero Manuel se enfrenta también a una orden de búsqueda de la Benemérita y el juzgado por presunto maltrato animal a las reses que componían su ganadería y, también, por la agresión sufrida por los agentes del Seprona que fueron a inspeccionar su granja tras haberse granjeado fama de ganadero sin alma en las redes sociales.

Ejemplares derrumbados junto a otros ya muertos, vacas con ubres ensangrentadas por hongos, reses famélicas medio descompuestas en vida. El horror. En menos de un año, en la granja de Manuel habían muerto casi 90 reses.

Al parecer, tenía tantos animales que no podía recogerlas por las noches, y los lobos mataron bastantes. A veces, al levantarse, se encontraba alguna medio devorada pero aún viva, y tenía que sacrificarla, siempre según versiones familiares. Otras vacas murieron al engendrar; o poco después, de inanición. Manuel estaba arruinado y no podía pagar veterinarios. .Sin luz en la granja, tenía que ordeñar como podía. Devorado por la falta de recursos económicos. No podía comprar ni pienso.

En estas dos semanas, los familiares de Manuel relatan que le dejaron comida en unas peñas en las que solía refugiarse con el ganado en su solitaria lucha contra los lobos y que el envoltorio de la misma sigue intacto. . Luego lobuscaron donde dijo la Guardia Civil que se le había visto. No contesta a los mensajes ni al móvil. La preocupación reina entre sus familiares. Mientras, las autoridades siguen buscándole sin ningún tipo de noticias acerca de su paradero.