Los órganos de los animales son un termómetro eficaz para conocer los niveles de exposición a contaminantes ambientales de una zona concreta. Un grupo de investigadores de la Universidade de Santiago y de la Universidad de Extremadura han analizado por primera vez un grupo de 250 zorros rojos de Galicia entre los años 2003 y 2011 para conocer la situación medioambiental de esta región y comparar los resultados con los obtenidos en otros ejemplares europeos. Los resultados, que destacan el bajo nivel de contaminantes metálicos en la zona, han sido publicados en Toxicological & Environmental Chemistry.

"La idea es analizar la concentración de metales en los órganos de los animales, que se convierten en bioindicadores del entorno, y hemos encontrado que en Galicia hay un nivel bastante bajo de cadmio, plomo y cinc", explica el veterinario gallego Marcos Pérez, investigador principal del estudio y desde hace doce años profesor titular e investigador en la Universidad de Extremadura (Cáceres). "No he querido romper la relación con la facultad de veterinaria de Lugo y sigo colaborando con ellos; así, en este estudio los investigadores de la USC realizan la toma de muestras y nosotros, la analítica", describe.

Una de las conclusiones de los expertos es que los niveles de estos elementos en los órganos de los zorros estaban dentro de la media europea e incluso llegaban a ser menores, en el caso del plomo, a los reflejados en los registros de otros países como Suiza, Polonia o Italia.

Por otra parte, los resultados desvelaron que dentro de España también hay diferencias. Así, los niveles de cadmio en los ejemplares del noroeste duplican a los de la zona de Andalucía y también las cantidades de plomo eran superiores.

"Esto refleja en gran medida la composición del terreno, y en este sentido puede que sean indicativos de que zonas naturales del sur peninsular poseen en su composición menos contaminantes metálicos que otras en el norte, sin entrar en ningún caso en niveles peligrosos", explica Pérez López.

Una de las explicaciones a la acumulación de todos estos metales en los órganos animales recae en la acción humana. Un zorro puede alimentarse de otros animales que hayan sido heridos de bala debido a la caza y absorber el plomo que contiene la munición. Estos y otros mamíferos sufren un riesgo elevado de acumulación de elementos tóxicos por ocupar una posición superior en la cadena trófica. "Aunque los niveles en Galicia superen a los de Andalucía, hay que destacar que siguen siendo bajos, los normales para un ecosistema limpio", asegura el investigador.

Sexo y edad

La novedad de este trabajo reside en que se han tenido en cuenta factores que pueden influir en los niveles de los contaminantes, como el sexo o la edad de estos animales, algo que hasta ahora no había sido muy estudiado en ecotoxicología t Los investigadores analizaron la concentración de cadmio, plomo y cinc en el hígado y el riñón de los zorros y descubrieron que no había muchas diferencias entre machos y hembras. "Esto nos permitirá hacer un seguimiento a largo plazo sin necesidad de tener muchas muestras", indica Pérez.

Los investigadores eligieron el zorro para el estudio "porque como se somete a actividades cinegéticas de control (caza) es posible obtener una gran cantidad de muestras sin desarrollar sacrificios específicos, algo que no nos planteamos", advierte el experto. En esa línea ética, los investigadores estudian ahora la posibilidad de realizar este tipo de estudios con muestras no destructivas, como las plumas de las aves y el pelo de los mamíferos. "Si se pueden conocer los niveles de contaminación de esta manera, ecológicamente será una maravilla", concluye el experto.