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María Menéndez-Ponte: "Muchos menores se hacen más planteamientos filosóficos que los adultos"

"Creo que la literatura tiene que contener sinceridad, no marketing"

María Menéndez-Ponte FdV

La exitosa escritora gallega de novela infantil y juvenil María Menéndez-Ponte sintió una gran afición por el ballet desde muy pequeña. Tal era su entusiasmo que destrozaba los zapatos del colegio poniéndose todo el día en puntas con ellos. Luego llegaría a campeona de España. De la Universidad de Santiago se fue a Nueva York, donde vivió cinco años y de allí, a Madrid. Menéndez- Ponte es la creadora de "Pupi" un personaje azuloide que tiene un botón en la tripa que cambia de color según su estado emocional y cuyas aventuras conquistan a millones de niños en España, Europa y Latinoamérica. Nació en A Coruña y, aunque vive en Madrid, sigue "en contacto permanente con Galicia" y viaja "a menudo" a Vigo, donde tiene un apartamento y su marido e hijos, despacho.

-En "El cuerpo deshabitado", su última novela, transita por un mundo más juvenil.

-Fue la tercera novela que escribí. Quise una historia con muchos personajes y muchas historias, que me resultó horrible cuando la finalicé. Estuvo en el cajón dos o tres años, pero había algo ahí dentro... La verdad es que la historia y su protagonista, Aldara, me tenían atrapada. Soy muy luchadora y muy terca, así que no me conformé. Me lo tomé como un ejercicio literario y le di una vuelta, la cambié de arriba y abajo y volvió al cajón. Poner distancia es algo que me resulta necesario para corregir con objetividad. Creí que había mejorado un poco, pero estuve años dándole vueltas. Ya iba a tirar la toalla cuando una amiga mía guionista me dijo que un personaje, un poeta esquizofrénico, sobraba. Y tenía toda la razón. Fue cargármelo y de repente, todo fluyó.

-¿Por qué traslada el mundo de los adultos y sus obsesiones al escenario de los adolescentes y los niños?

-Creo que hay una obsesión, incluso en los editores, por darles a los niños y adolescentes un mundo descafeínado, donde los problemas son de mentira y se les oculta el mundo real. No son tontos bajitos. Son personas que piensan, se preguntan y se plantean las grandes cuestiones filosóficas incluso más que los adultos, aunque con diferentes respuestas.

-¿Qué cualidad suya valora más?

-Creo que siempre he tenido una capacidad empática, de poder ponerme en el lugar del otro y verlo desde su piel. Yo escribo para niños y jóvenes como si fueran adultos. Estamos en un mundo en el que los adultos se están infantilizando. Se vive con trivialidad: todos quieren ser eternamente jóvenes y creo que eso es más ridículo que lo que ocurre a una chica como Aldara [la protagonista de su novela] que se obsesiona con que su cuerpo no le gusta, cuando su madre tiene un centro de belleza y su hermana es guapísima....

-Es el mundo real.

-Yo creo que está pasando eso. Se les está dando un mensaje a los jóvenes de que lo único que cuenta es el físico.

-¿Cree que esa es la clave del éxito en ventas que ha tenido para el público infantil?

-Me impresiona vender dos millones de ejemplares. El éxito de "Pupi" creo que está en que es genuino. Creo que la literatura debe de contener mucha sinceridad, verdad. Parece que quieren convertirla en un producto de marketing o en algo que compita con los videojuegos. Yo creo que la literatura tiene su sitio y es introspectiva: es una lección de vida.

-¿Y Pupi?.

-Creo que es el personaje infantil que más se parece a mí; es mi alter ego cuando era niña. Yo me sentía totalmente extraterrestre, estaba convencida de que me había caído de otro planeta y la lógica de los adultos me parecía incoherente.

-Usted de pequeña, al igual que "El Barón Rampante" de Italo Calvino, se subía a los árboles.

-Desde allí contemplaba la ría y me refugiaba de ese mundo extraño. Tenía auténtica pasión por los libros, que me reconfortaban: Celia, Cuchifritín, Guillermo Brown, La isla del tesoro, Mary Poppins, Peter Pan, La tía Tula... No tenía ni idea de que era de Unamuno pero me lo llevé para casa y me encantó... ¡Tenía 8 años!

-¿Aún es posible recuperar a los niños para la literatura?

-No hay que buscar nuevos formatos, sino recuperar la literatura. Hacer personajes con sus luchas interiores y sus verdades, no un libro con páginas desplegables que nunca va a competir con una app. Tenemos a los niños estresados con actividades y para la literatura es necesario tener tiempo para que sean ellos mismos y aburrirse.

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