Desde su inauguración en 2011, los eventos musicales que oferta el Auditorio Pazo de Congresos Mar de Vigo tienen tres orientacioes, musicales y clásica al margen: una, el nombre famoso, la oferta de postín pero sin chicha que atrae a las masas; dos, las viejas glorias que fueron cruciales hace décadas pero que hoy viven de rentas; tres, muy ocasionalmente nombres emergentes nacidos en la escena alternativa que están en una zona media de celebridad populista. Antes, sí, vinieron Wilco, el concierto más importante, artísticamente hablando, que ha propuesto el Auditorio en toda su historia, para después desinflarse, año tras año.
La figura de Wilko Johnson tampoco termina de encajar exactamente en ninguna de aquellas tres categorías, aunque por motivos diferentes al caso de la banda de Jeff Tweedy: Johnson sí es un artista "de la vieja escuela", lo cual le acerca al grupo de los grandes clásicos, pero su andadura aún es viva e intensa.
Espídico guitarrista, Wilko Johnson era con su Fender telecaster y junto a Lee Brilleaux el alma de los primeros Dr.Feelgood. Con ellos grabó sus cuatro primeros álbumes entre 1974 y 1977. Hoy es un hombre renacido, intenso, que ha luchado contra un cáncer terminal y que, superado y mientras haya mecha, se lanza al frente y hacia adelante con la pasión de un chaval pre-punk, pisando escenarios con la energía demostrada ayer en el Auditorio Mar de Vigo.
Telonearon The Xoubiñas Experience, recios y clásicos. Y entra Wilko. Sonó 'All right' y vimos al Johnson que gusta ver sobre el escenario: el del espasmo y la cara de perro ladrando canciones para disfrutar de una noche de mucho pub rock pata negra y poca floritura, atrezo o concesiones a la galería. 'Roxette', 'Keep on loving you' y 'The more I give'... ejemplos de su calambre de rythm & blues clásico azotado por el huracán, por el rock impetuoso y las ganas de no tomar prisioneros
El público (que fue bastante poco, desgraciadamente, porque la calidad del exFeelgood merecía llenazo) no necesitó más, y vibró en menos que canta un gallo. Pura fibra, cero grasa y un Wilko arropado por el batería Dylan Howe, y un bajista, Norman Watt-Roy, exmiembro de los Blockheads de Ian Dury.
Pub rock impulsivo y silvestre, nada dado a florituras, tenso el rictur pero sin perder de vista las ganas de fiesta. Así era Dr. Feelgood. Así es Wilko Johnson aún.
