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Situación comprometida del medioambiente

Alerta ante la pobre conservación de los humedales más importantes de Galicia

Un informe suspende la situación de O Grove, Corrubedo, Valdoviño, Ortigueira y Eo

Hugo Barreiro

España es el tercer país del mundo con más humedales catalogados como importantes, solo aventajada por Reino Unido y México. Doñana, las Tablas de Daimiel, el Delta del Ebro o la Bahía de Cádiz son algunos ejemplos de las 74 áreas españolas incluidas en la Convención de Ramsar, un tratado intergubernamental para la conservación de estas zonas. De éstas, cinco se encuentran en territorio gallego. La mala noticia es el último informe realizado por SEO/Bird Life con motivo de la celebración el martes del Día Internacional de Los Humedales. En el mismo, esta organización denuncia que, de las cinco áreas gallegas en el Ramsar, cuatro presentan un estado de conservación pobre y una, muy pobre.

Esta peor nota la recibe la ría de Eo, que baña la frontera natural de Galicia con Asturias; mientras que es pobre en el complejo intermareal Umia-Grove; las rías de Ortigueira-Ladrido; el complejo de Corrubedo y Valdoviño. La propia Ramsar en su página web alerta del impacto nocivo que en Valdoviño está teniendo el turismo masivo y la agricultura de riego intensivo, que llega a sobrexplotar los acuíferos lo que reduce la extensión de las zonas anegadas de las marismas, área de paso para aves migratorias.

La clave de la nota reside en saber qué mide. Roberto González, de SEO explica que el concepto medido para este informe es el relativo "al número de especies de aves e individuos. Hacemos un seguimiento del estado de estas áreas a través de un coordinador. Cada cuatro años, se revisa la información de cada lugar. El estado de conservación es bueno cuando más del 90% de las especies de aves del lugar está en buen estado; moderado (entre el 70-90%); pobre (entre 70 y 40%) y muy pobre (menos del 40%).

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Dos cuestiones emergen relativas a cómo invertir la situación de los humedales gallegos y al diagnóstico de la problemática. Sobre ambos puntos, opinó el representante de SEO en la provincia de Pontevedra, Gustavo Ferreiro que ve en la presión humana la respuesta a la merma del número de especies y ejemplares que paran en el complejo intermareal Umia-O Grove.

"Aquí, al ser zona costera, ha habido una presión urbanística durante los últimos 30 años, con viviendas, infraestructuras, rellenos, contaminación... La presión del turismo masivo también afecta a los animales en época de cría. Ahora está la moda de que la gente practique actividades ecológicas y sanas. Mucha gente se mete por todas partes, incluso por zonas conservadas donde hacen daño sin saberlo y quererlo a las aves. Si un pájaro que está criando detecta presencia humana, lo relaciona con peligro y abandona los huevos en el nido y no vuelve. Tampoco, por normativa, se pueden llevar los perros sueltos en zonas protegidas porque molestan a las aves. pero la gente lo hace".

Para evitarlo, considera Ferreiro que es preciso que los organismos públicos realicen informes y campañas formativas, que señalen en qué zonas y épocas se puede andar libremente o no. "Galicia nunca destacó por su conservación de la naturaleza. No hay voluntad política. La protección del medio se ve como algo negativo", lamenta.

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