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Las conferencias del Club FARO

Cosano: "Incluso las feministas radicales hubieran aplaudido a Teresa de Jesús"

"Pocas mujeres han sido víctimas de la historia como ella; su figura se convirtió en un personaje manipulado por el poder para servir a distintas ideologías", afirma la escritora

Público asistente a la charla sobre Teresa de Jesús en el auditorio vigués del Areal. // José Lores

"Fue una mujer sorprendentemente moderna, incluso las feministas más radicales la habrían aplaudido. Como toda mujer del siglo XVI, a pesar de ser lo que el siglo XIX definiría como "un genio", ella es consciente de esa "inferioridad" con respecto al varón que se estilaba en su tiempo y que a veces las cosas había que conseguirlas con más inteligencia que la lucha frontal, y se esfuerza por cultivar la humildad y la obediencia".

Palabras de la escritora, diplomática y traductora literaria Helena Cosano ayer en el club FARO, durante una charla que pareció cautivar al respetable por su brillo sobre "Santa Teresa, la mujer de carne y hueso con sus virtudes, flaquezas y errores". Reciente su libro "Teresa la mujer" en La Esfera de los Libros, presentada y entrevistada por la periodista Iria Carregal, afirmó ya para empezar sobre Teresa de Jesús que " se ha escrito tanto que todos creen conocerla, pero pocas mujeres han sido tan víctimas de la historia como ella. Su figura se ha convertido en un personaje manipulado por el poder para servir distintas ideologías, interpretado, reinterpretado, malentendido, a veces incluso falsificado. Y en su tiempo estuvo siempre en el punto de mira, vigilada por la Inquisición, perseguida, calumniada..."

Su infancia fue un interrogante que quiso que su presentadora quiso que despejara. "Ella la memoriza como feliz pero a mí me cuesta creer que haya sido tanto, tuvo que ser dura. Temió mucho al infierno e incluso huyó con su hermano a tierra de moros en busca de martirio aunque no pasó de las murallas de Ávila. Creo de todos modos que era coquetas, apegada un tiempo al mundo del parecer... aunque según sus muchos biógrafos, se deduce que nunca fue como las demás, que ya en su infancia destacaba, que era distinta, viva, inteligente, alegre, carismática, que nunca pasó desapercibida ni dejó indiferente a nadie y que, sin ser excesivamente hermosa, atraía enormemente"

De matrimonio, nada

¡De dónde su elección por el convento? Dijo Cosano que su padre la consideraba muy poco apta para monja por su salud delicada y la dureza de los conventos pero... "lo que ella tenía claro era que no quería casarse y decidió servir a Dios. En gran parte, porque era mujer y buscaba libertad. Tal vez, en otra época, hubiera decidido curar leprosos en Calcuta, investigar la radioactividad, escribir una gran novela o dirigir una ONG o una poderosa multinacional: porque Teresa parecía capaz de todo y fue maestra de muchos oficios, y con una voluntad y una determinación como la suya, nada es imposible si se acepta pagar el precio".

La escritora, hablando de esas flaquezas que para ella la hacen más humana y admirable, se refirió a "los altibajos de una mujer que tenía mucha sed de Dios pero pasaba de sentirse muy cerca a sentirse abandonada por él, de un extremo a otro, lo que hace más interesante su estudio porque no es una figura plana, tiene muchas facetas, a veces dudas, contradicciones..."

¿Y una mujer libre? "Es una mujer poderosa -dice Cosano- que anhela libertad, con capacidad de mando, de disciplinarse a sí misma y a los demás. Es, en cierta forma, una mujer moderna de hoy en día inmersa en una época en que sólo los hombres podían aspirar al poder y que, sin embargo, consigue poder. Una forma nueva de poder".

Pero la escritora matizó que Teresa de Jesús nunca fue plenamente libre. "Despreciaba -afirmó- los usos y las convenciones del mundo, la complicación y la suprema hipocresía de los tratamientos de su época, las rígidas jerarquías sociales, la inmoralidad de tantos valores. Pero sus numerosas cartas nos demuestran sin embargo que, a pesar de despreciarlos, los observaba a la perfección y escribía ordenada por sus superiores.. No era libre. Nunca lo fue del todo, aunque gozase de una inmensa libertad interior y aunque hacia fuera lograra ser activa e imponer sus ideales. Si hubiera sido libre, libre de verdad, entonces tal vez hubiera escrito de otra manera".

Cosano se preguntó cómo había llegado a los 67 años, en aquel tiempo una edad considerable, con lo frágil que era de cuerpo y la vida dura que se daba. "Lo que se hizo con su cuerpo tras su fallecimiento -comentó- fue una carnicería, aunque fuera por veneración del mismo. Dicen que lo encontraron intacto y se hicieron reliquias con muchas de sus partes, trozos que viajaron aquí y allá, como el "brazo incorrupto " que se exhibe en España, el dedo con el que se quedó el padre Gracián... Debió ser escalofriante el espectáculo del cuchillo cortándolo por aquí y por allá para hacer de él un relicario".

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