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La suerte que rompe toda probabilidad

Cuando la fortuna llama dos veces

Un magnate vigués en Brasil se reencuentra en Vigo con el lotero y amigo que le vendió diez décimos del Gordo, con los que se embolsó 4 millones - Ganó otro premio hace 25 años

José Martín (i.), responsable de la administración que vendió el "Gordo", y Alejandro Fernández Figueora, ayer en Vigo.// Ricardo Grobas

Un vigués ha roto el cálculo de probabilidades de 1 entre 100.000 que existen, según los matemáticos, de ganar el "Gordo". Y por partida doble. Su vida materializa las mismas posibilidades de que a uno le caiga un rayo dos veces, pero en el terreno de la fortuna: Alejandro Fernández Figueroa, empresario afincado en Brasil, acaba de ganar 4 millones de euros gracias a diez décimos de la lotería de Navidad que compró a su amigo y responsable de la administración de Lotería número 2 de Roquetas de Mar, José Martín. Precisamente, la amistad con el lotero, también propietario de gimnasios en Sao Paulo, fue determinante a la hora de comprar los décimos. José Martín los eligió y se los envió a Alejandro vía trasatlántica a través de una empresa de mensajería.

Pero no es la primera vez que el vigués tiene un golpe de suerte en la Lotería. Hace unos 25 años, un tercer premio de ese mismo sorteo navideño llamó a su puerta con 60 millones de pesetas (360.607 euros). Entonces, los décimos habían sido adquiridos en la administración número 16 de Vigo,. Y aún recuerda aquel número acabado en 98 que devolvieron de Salceda de Caselas porque no lo habían vendido y acabó en sus manos. Su caso desafía a la estadística.

"Creo que soy una persona con suerte", reconocía ayer, ya casi a la despedida de la entrevista este magnate de salas de fiestas en Brasil. "Solo juego en Navidad y le pedí a Pepe [por José] Martín en noviembre que me enviara una 'sábana'; diez décimos, de cada una de las terminaciones", asegura. El responsable de la administración de lotería almeriense de Roquetas de Mar recuerda que eligió él mismo los números, llevó los décimos y los guardó al menos durante un mes en su casa de Madrid, creyendo que Alejandro volvería antes de Navidad a España. Luego, cambió de planes. "Me pidió que se la enviara por un servicio de transporte internacional porque quería intercambiarla con gente española. Eso sería el 11 de diciembre. Y llegó rápido, en dos días la lotería estaba en Brasil", recordaban juntos ayer los amigos. "Yo solo le deseé suerte", comenta Martín.

Y para celebrar tan buena racha, los dos amigos, el lotero José Martín y Alejandro Fernández, se reunieron ayer en Vigo aprovechando unos días de estancia del agraciado millonario. Anoche, el otrora fundador de la sala de fiestas Nova Olimpia Vigo -uno de los más florecientes negocios del Vigo de los años 70- y del restaurante El Castillo, celebró junto a medio centenar de invitados una fiesta. Es ya tradicional otra cita de verano, "una cena de amigos", en la que Fernández Figueroa festeja su cumpleaños.

El relato de cómo se enteró del premio del sorteo, embarcado en un crucero, y las peripecias para regresar a Madrid con los décimos, está salpicado de humor y anécdotas.

El reloj marcaba cerca de las ocho y quince en aguas próximas a Salvador de Bahía, cuando Fernández Figueroa encendió en su camarote el televisor en el canal español. "Mi mujer estaba durmiendo al lado", reconoce. "A los tres minutos, salió el Gordo. Me sonaba el número 79140, porque creía que lo había apuntado el día anterior en un papel, pero para no molestar y con la luz de la televisión lo busqué", cuenta. La sorpresa fue mayúscula. "Me levanté con un sobresalto y recordé que había dejado el número en Sao Paulo en el cajón de la mesilla y que el billete es al portador", relató. El barco no regresaba hasta siete días después, así que Alejandro decidió salir a buscarlo. "Le pedí a mi mujer que no dijera nada a nadie".

Decidió ir en taxi hasta el aeropuerto y coger la conexión más rápida para cubrir los 3.000 kilómetros que lo separaban de la ciudad. Una vez en casa, encontró los originales a buen recaudo. "Ahí empezó la odisea...", reconoce. El vigués no se fiaba de dónde atesorar los décimos millonarios y decidió transportarlos en un maletín, ya que tenía programado un viaje a Miami, de ocho días, y desde allí, voló a Madrid. Por fin, llegó a un banco en el que realizó el depósito.

Eso sí, aún no sabe en qué invertirá la jugosa suma. ¿Impulsará algún negocio en Vigo? Aún es una incógnita para Fernández Figueroa, que precisa que -con el 20% de impuestos- su premio se queda en 3,4 millones de euros.

Detrás de cada décimo premiado se esconde una historia, a veces curiosa. Como otra que recuerda el lotero y empresario, José Martín, de un abuelo que se quedó con una 'sábana' del 'Gordo' porque ninguno de sus familiares quiso comprarle y compartir el número del décimo.

Envió un 'e-mail' con el listado de los números que jugaba a un allegado, en el que consta el 79140

  • Entre las fotografías portando los décimos y correos que muestra el empresario vigués, llama la atención un 'e-mail' en el que advierte a dos allegados suyos en España de que estará en altamar en un crucero el día 22 de diciembre, y les pide que cotejen sus números con los premios del sorteo de Lotería, por si no tiene conexión. Les envía un listado con los décimos que juega -diez por terminación- y, entre ellos, efectivamente, está el número del Gordo.Esto ocurre con anterioridad al sorteo (el 'e-mail' está fechado el 17 de diciembre) y representa uno de los detalles que prueban la verosimilitud de su relato."En altamar, creí que el barco no cogería la TVE y le envié el 17 de diciembre este correo...", insiste el agraciado. Y acaba el 'e-mail" diciendo, "vamos a esperar que caiga el premio". De hecho, Fernández Figueroa asegura que el día anterior también sintió un pálpito. "Le dije a mi mujer, Cris: este año nos va a tocar la Lotería".El responsable del reparto de la suerte, José Martín, sin embargo, no se quedó con ningún décimo del número agraciado. "¿Sabes en qué me tocó?", sonríe, "90 euros en una papeleta de donde juega mi chaval al fútbol". Sobre la opción de hacerse con una administración de lotería, hace solo 15 meses, el madrileño explica que quiso diversificar su actividad, ya que veranea en Roquetas. "Fue el primer y único premio, pero esperamos dar muchos más".

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