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Los "achaques" del WhatsApp

Fisioterapeutas gallegos atienden los primeros casos de lesiones en pulgares, muñecas o cervicales por el uso excesivo de teléfonos móviles o tabletas

Una conductora envía un mensaje desde su vehículo. // FdV

La dependencia actual del teléfono móvil comienza a pasar factura a la salud. Fisioterapeutas coruñeses ya atienden a pacientes que debido al excesivo uso de estos aparatos sufren lesiones en pulgares, muñecas o en las cervicales. "Enviar whatApps durante más de 15 minutos seguidos o dedicar más de una hora a contestar emails de trabajo a través del móvil puede conllevar diferentes problemas e incluso lesiones degenerativas en el pulgar que antes eran exclusivas únicamente de trabajadores que tenían un movimiento muy concreto de este dedo como podían ser las costureras", señala el coordinador del Servicio de Fisioterapia del Hospital Quirón de A Coruña, Fernando Ramos, quien reconoce estar sorprendido porque aparezcan ya los primeros problemas por el uso de estas casi recién llegadas nuevas tecnologías. "Si ya vemos lesiones, ¿qué ocurrirá tras 10 o 15 años de uso?", sostiene.

Un artículo en la revista "Lancet" describía en 2014 el primer caso de una dolencia bautizada como whatsappitis, una afección derivada, según los especialistas, por el "sobreuso de la articulación del pulgar y los tendones del mismo" debido al uso prolongado del teléfono móvil. "El principal problema es la posición a las que nos obliga el teclado del móvil para redactar. Esto exige un gesto de pinza del pulgar, tendemos a poner el pulgar hacia dentro, se desplaza hasta la cara interna de la mano y a la vez los tendones también sufren", explica Ramos, quien señala que si estos movimientos se prolongan en el tiempo "pueden conllevar lesiones degenerativas".

Pero no solo los pulgares pueden resentirse por el uso excesivo del móvil o las tablets. Las muñecas y las cervicales tampoco se benefician de la postura habitual para escribir en estos aparatos. "Las muñecas tienden a situarse hacia delante mientras que la postura de hombros y cabeza flexionada también puede provocar problemas", explica Ramos, quien deja claro que no pasa nada por mandar un par de mensajes al día, el problema surge cuando se abusa de escribir en estos dispositivos. "Generalmente el principal riesgo está en quienes utilizan el móvil o la tableta para trabajar y deben contestar correos electrónicos a través de ellos", explica este fisioterapeuta gallego.

No whatsappear durante más de 15 o 20 minutos seguidos, ni invertir más de una hora al día en contestar emails con estos dispositivos son las principales medidas de tiempo que recomiendan los expertos para evitar posibles lesiones aunque reconocen que al ser una dolencia reciente "no hay evidencias científicas" sobre el tiempo máximo de uso de estos aparatos. Además, cuando no queda más remedio que trabajar con estos dispositivos, aconsejan "estar sentados y apoyar la tablet o el móvil en la mesa para poder usar los índices o alternar los dedos de escritura". Siempre que sea posible utilizar el ordenador antes que estos aparatos, descansar cada cuarto de hora, situar la tablet a la altura de los ojos para evitar flexionar la columna y mantener siempre una postura correcta, es decir, con un buen respaldo en la espalda y los pies apoyados en el suelo, son otras de las recomendaciones de los expertos para sortear los problemas de salud.

Para evitar daños más graves, los fisioterapeutas piden además estar atentos a los primeros síntomas para abordar el problema cuanto antes. "Los primeros síntomas son un dolor en la base del pulgar y la pérdida de movilidad o rigidez en los dedos a lo que puede acompañar una pérdida de fuerza. En estados más avanzados se produce dificultad para la ejecución de actividades como sostener objetos o escribir", señala Fernando Ramos, quien añade: "En el caso de lesiones en las cervicales o la columna es frecuente dolores de cabeza o dolor en zonas concretas como los hombros".

Este hospital ya trata a pacientes con algunas de esta lesiones, aunque los fisioterapeutas reconocen que se trata en su mayoría de personas que ya tenían problemas previos en la zona. Una vez diagnosticada la lesión, lo primero "es el abordaje del dolor". "A través de técnicas manuales y analgésicos trabajamos para evitar el dolor del paciente y después se realizan ejercicios para mejorar la flexibilidad del pulgar y fortalecerlo. Además trabajamos con el paciente la higiene postural, es decir, intentamos que refuerce la zona", sostiene Fernando Ramos.

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