El Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez alertó hoy, al recibir el Nobel de la Paz en Oslo, de que es necesario consolidar el proceso democrático en este país africano porque la transición, aunque "exitosa", afronta muchos retos.

"Los éxitos logrados en la transición consensuada aún nos exigen grandes esfuerzos para fortificarlos y consolidarlos. Deben ser un punto de partida para nuevos éxitos. Asumimos que hay muchos retos por delante y que riesgos significativos nos esperan", afirmó la presidenta de la patronal (UTICA), Wided Bouchamaoui.

Bouchamaoui y los líderes de la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH), la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) y la Asociación Nacional de Abogados -que fundaron el Cuarteto en el verano de 2013- recogieron un premio que reconoce su esfuerzo para rescatar un país cercano a la guerra civil, según el Comité Nobel.

Asentar el poder constituyente sobre una base democrática, crear instituciones que consoliden las libertades, recuperar la economía e impulsar reformas, combatir la pobreza, la desigualdad y el desempleo y mejorar la seguridad ante la amenaza terrorista son los principales desafíos para Túnez, señalaron los galardonados.

Los miembros del Cuarteto, que compartieron el premio con toda la sociedad tunecina, recordaron que la "revolución" estalló en ese país africano en diciembre de 2010 como expresión de una demanda de trabajo, libertad y justicia social y que luego evolucionó hacia una protesta para reclamar un cambio en el régimen político.

El proceso de diálogo nacional no fue sencillo y su supervivencia se vio amenazada por una suspensión temporal de un mes.

"No renunciamos y seguimos trabajando con los partidos, hicimos volver a todos a la mesa de diálogo. Gracias al consenso creado e impulsado con el apoyo del resto de la sociedad civil, la transición fue completada con éxito", dijo Abdessatar Ben Moussa, presidente de la LTDH, en un discurso leído por los cuatro líderes.

La "voluntad real" de diálogo y la confianza y aprecio entre las partes fueron claves para explicar el éxito del proceso, que el Cuarteto espera que sirva de ejemplo a otros países árabes, una idea apoyada también en su discurso por la presidenta del Comité Nobel noruego, Kaci Kullmann Five, que estrenó cargo este año.

Kullmann Five sostuvo que Túnez es referente de cooperación entre movimientos islamistas y seculares, y que su nueva Constitución es considerada "la más igualitaria y democrática" en el mundo árabe.

"Quienes afirman que el islam y la democracia son incompatibles o que los partidos islamistas y seculares no pueden trabajar juntos por el bien de la sociedad sólo necesitan mirar a Túnez", afirmó.

Kullman Five pidió además el apoyo internacional para consolidar la democracia tunecina, que afronta retos "urgentes" de seguridad por la amenaza terrorista y necesita ayuda económica.

Aunque el Cuarteto fue premiado como una entidad y solo recibió una medalla de oro y un diploma en la ceremonia, las cuatro organizaciones acordaron con el Comité Nobel recibir una copia cada una, un gasto que será sufragado por ellos mismos.Oro procedente de una mina

La medalla de este año está fabricada por primera vez con oro procedente de una mina, situada en Iquira (Colombia), con certificación que garantiza que la extracción se ha llevado a cabo de forma respetuosa con la naturaleza.

La ceremonia celebrada en el ayuntamiento de Oslo contó con la presencia de la familia real noruega y representantes del Gobierno de este país nórdico, encabezados por la primera ministra, la conservadora Erna Solberg.

En la parte musical participó Emel Mathlouthi, artista tunecina autora de varias canciones-protesta como "Kelmti Horra" (Mi palabra es libre), que actuó en el ayuntamiento antes de mostrarse orgullosa por representar a la juventud tunecina.

El Cuarteto sucede en el palmarés del premio al indio Kailash Satyarthi y la paquistaní Malala Yousafzai, distinguidos el año pasado por su lucha por los derechos de los niños.

El Nobel de la Paz, el único que se otorga y entrega fuera de Suecia, está dotado con 8 millones de coronas suecas (855.000 euros o 954.000 dólares), al igual que el resto de los premios.

El Konserthus de Estocolmo acogerá desde las 15.30 GMT la otra gala, en la que se reparten los cinco premios restantes justo el día en que se conmemora la muerte del magnate sueco Alfred Nobel, quien instituyó los galardones hace más de un siglo.