Un falso 'playback' de Grammy y otras historias 'de cartón'

Víctimas de atentados que nunca sufrieron, supervivientes delHolocausto que colaboraron con los nazis, estrellas de la música que jamás cantaron un estribillo ni compusieron una estrofa, princesas sin corona... Como la actriz Ana Allen, que retocó su realidad hasta el lifting de la invención, en la historia reciente se pueden encontrar un buen puñado de impostores expertos en tunear su existencia para lograr el reconocimiento social.

Uno de los mayores fraudes que se recuerdan fue el protagonizado a finales de los 80 por el dúo musical Milli Vanilli, que llegó a ganar un Grammy al mejor artista novel, antes de que se descubriese que sus integrantes ni siquiera cantaban.Se limitaban a hacer el playback de otros artistas.

También hay cuentistas de libro. En "El Impostor", JavierCercas desmonta la historia de Enric Marco, que llegó a presidir la asociación de antiguos deportados españoles en los campos de concentración nazis. Recibió un sinfín de reconocimientos e impartió cientos de conferencias sobre su supuesta experiencia. Todo mentira. Otro ejemplo de fabulación relacionada con tragedias históricas es el de la barcelonesa Alicia Esteve, quien durante seis años se hizo pasar por Tania Head, supuesta superviviente del 11-S. Tras los atentados del 11-M, a Esteve le salió una imitadora: Lorena Candelario, una inmigrante ecuatoriana que, sin haber montado en ningún tren, se subió al carro de las víctimas de las explosiones de Madrid. Muy sonado fue también el caso de la activista camboyana Somaly Mam, premio príncipe de Asturias de Cooperación, quien se inventó una durísima infancia en la que explicaba que había sido maltratada y vendida después a un hombre con el que se casó de forma forzosa a los 13 años.

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