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Miguel Barros: "Inaugurar la Berlinale es un honor que me causa mucho vértigo"

El guionista afincado en Bueu rodó además los exteriores de la película, en el Ártico

Miguel Barros, con uno de los entrenadores de los perros que intervienen en la película. // Leandro Betancort

Un libro de viajes es el germen de "Nadie quiere la noche", la película que dirige Isabel Coixet que abrirá la sección oficial del Festival de Cine de Berlín el próximo 5 de febrero, basada en el guion de Miguel Barros, inmerso ahora en la adaptación para televisión de la trilogía "Africanus", de Santiago Posteguillo. La historia de Josephine Peary despertó la curiosidad de Barros, que enseguida comenzó a investigar sobre esta mujer, esposa del explorador Robert Peary. Partiendo de este personaje histórico, el guionista afincado en Bueu construye una historia de ficción que narra la relación de dos mujeres totalmente opuestas: Josephine Peary (Juliette Binoche), rica y culta, que viaja al Polo Norte para reunirse con su marido, y una humilde esquimal (Rinko Kikuchi), que le servirá de guía y que descubrirá que mantiene una relación con su esposo.

-¿Cómo surge la historia de "Nadie quiere la noche"?

-Yo soy muy aficionado a la literatura de viajes y leyendo uno de estos libros descubrí la historia de Josephine Peary. Me atrajo el personaje, que terminó siendo la protagonista del guion. Su marido, Robert Peary, supuesto descubridor del Polo Norte, viajó en muchas ocasiones en busca del Polo Norte y en una parte de algunos de estos viajes lo acompañó Josephine. En uno de ellos, embarazada, llegó hasta Groenlandia, donde dio a luz. A partir de este personaje histórico desarrollo una historia diferente.

-Isabel Coixet afirma que ha sido uno de sus rodajes más difícil. ¿Para usted también ha sido complicado?

-De hecho yo dirigí la segunda unidad, con lo que rodé todos los exteriores en Noruega, en el centro del Círculo Polar Ártico, en zonas a las que no se podía acceder con transporte, sino mediante orugas militares y motos de nieve, y con unas condiciones meteorológicas extremas, a 40 y 50 grados bajo cero, lo que condicionó mucho el rodaje. Nos pilló incluso varias tormentas. A pesar de todo esto, el rodaje fue bastante suave.

-¿Conocía ya los lugares del rodaje?

-Sí. Me gusta viajar a los sitios en los que ambiento los guiones antes de ponerme a escribir. Creo que estar en el lugar aporta color al paisaje y enriquece el guion; transmites sensaciones que de otra forma no puedes transmitir.

-Abrir un festival como la Berlinale, ¿causa cierto vértigo?

-Me causa mucho vértigo. Solo el hecho de que haya sido elegida, entre las cientos de películas que se presentan al festival, para participar en la sección oficial es ya un honor. Creo que solo cinco películas españolas han abierto esta sección. Inaugurarla es un doble honor que a mí personalmente me da mucho vértigo porque la prensa especializada se regodea con la primera película. También te la juegas, pero sin falsa modestia, yo estoy muy satisfecho ya con esto. Creo que es llegar muy lejos y es algo que nunca me planteé.

-La película está protagonizada por dos mujeres, algo poco habitual en el cine, más proclive a contar historias protagonizadas por hombres.

-Es cierto que es poco habitual y creo que es por una cuestión comercial. Se asume que una película necesita la presencia de un personaje masculino para que sea comercial, aunque no es cierto. Tenemos películas protagonizadas por Katharine Hepburn y Greta Garbo que fueron grandes éxitos, y en España, "Mujeres al borde de un ataque de nervios", de Almodóvar, cuya versión musical acaba de estrenarse en Londres. ¿Por qué no se hacen más? No lo sé.

-¿Opina, como muchos de sus colegas, que el guionista es el gran olvidado de la industria cinematográfica española?

-Exceptuando dos o tres casos, el resto estamos en el anonimato, algo que en mi caso en concreto, disfruto porque prefiero la tranquilidad de la escritura que el follón mediático. Lo que sí es cierto es que el 99% de los guionistas están muy mal pagados y no siempre somos bien tratados.

-¿No se plantea el salto a la dirección?

-No. Fui ayudante de dirección durante muchos años, aprendí mucho pero acabé harto. Los rodajes me aburren bastante. Me gusta dirigir documentales, eso sí, porque es una forma de contar algo de forma más concisa y rápida.

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