¿El dolor era más psicológico que físico? Contando su caso, dice Freire que "el nivel de sufrimiento era muy elevado. Cada minuto de mi tiempo estaba condicionado por el malestar físico y psicológico. Era imposible distinguirlos e intentaba aliviar el físico con el psicológico y al revés. La desesperación es grande. No ves salida. No puedes ver que solo son unos pantalones y que no van a poder contigo. Porque el problema no son los pantalones, sino como te estás sintiendo tú".

De la bulimia dijo que era distinta a la anorexia, que tiene que ver con la impusividad, la tendencia a la depresión... "Consiste en comer por comer, para ahogar un vacío, un miedo. Y la diferencia según la escritora entre darse un atracón por nervios y la bulimia es que ésta nos lleva a un complejo de culpa y vergüenza mucho mayor que en la anorexia y a una conducta compensatoria, sea el ejercicio físico desmesurado o el vómito provocado.

Habló también de la bulimarexia, "la definición absoluta del infierno, la alternancia de situaciones de bulimia y de la anorexia" y de la ortorexia, "la obsesión por comer alimentos altamente orgánicos o muy sanos. En este trastorno la publicidad televisiva ha tenido una gran y nociva influencia".

La vigorexia quedó para el final de la charla. "Es el único trastorno en que por goleada ganan los hombres. La sociedad les dice que deben ser musculados y fuertes, la "tableta de chocolate" se convierte en u reclamo social. Hay una forma de hacer deporte insana porque tiene que ver con el narcisismo. Y tanto los heterosexuales como hora los gays coinciden con este modelo, a veces hormonado. Incluso aquella crisis del hombre en que deja a su mujer por otra más joven se puede ver sustituida por el gimnasio".