Alicia Estévez Toranzo no ingresó ayer en la Real Academia Galega de Ciencias como la primera mujer a la que la institución abría sus puertas tras 24 años sin presencia femenina, pese a que esa sea la realidad de los hechos y marque un hito histórico para la institución, sino que explicó que lo que le hacía una "ilusión especial" era ser "la primera bióloga" que accede a este reconocimiento. Porque, como aclara ella misma, aunque entre las filas de académicos que integran esta entidad no faltan profesores que imparten clase sobre la materia, esta pontevedresa es la primera que entra con una licenciatura en esta especialidad. Alicia Estévez, de hecho, no siente que asuma ninguna "responsabilidad" especial por ser mujer: "Siento la misma que si fuese hombre, dentro de la Academia intentar colaborar lo más posible desde mi faceta como bióloga".

También el presidente de la Real Academia Galega de Ciencias, Miguel Ángel Ríos, aseguró al darle la bienvenida, en lo que definió como "un día grande" para la institución, que la recién nombrada académica "no accede por ser mujer", sino que lo hace "por la puerta grande porque su currículum acumula características que superan de largo lo que la Real Academia de Ciencias ha de exigir razonablemente a sus académicos". El presidente retoma así el criterio que anunció al tomar posesión del cargo, que habría mujeres en la Academia porque Galicia cuenta con "muy buenas científicas".

Para aplicar este argumento al caso desgranó "una producción científica de alta calidad" y en "revistas muy prestigiosas", su capacidad para "proyectar hacia la sociedad el gran esfuerzo de una vida dedicada a la investigación", el que se hubiese convertido "en una referencia de transferencia de tecnología para el sector productivo", sus "numerosas patentes" y "la extraordinaria labor de formación que realizó desde la cátedra que regenta en la Universidade de Santiago".

"Esas son, y no otras, las verdaderas razones por las que la Real Academia de Ciencias recibe con alegría y esperanza a Alicia", proclamó. Acto seguido recordó al Padre Feijóo y su discurso en defensa de las mujeres. "Este acto le viene a dar la razón", aseguró Ríos.

La gran protagonista de la ceremonia, Alicia Estévez, dedicó su discurso de ingreso al "Estado actual y retos futuros en la lucha frente a enfermedades microbianas en acuicultura", pero la científica no solo abordó la prevención de patologías, sino los retos que afronta el sector acuícola de cara al futuro, entre ellos la "necesidad de mantener el capital humano formado en la investigación en estos últimos años", un "talento" que, a su juicio, "corre el peligro de perderse por falta de una financiación estable y adecuada por parte de entidades públicas y privadas". Porque la industria, recalcó, "debe implicarse más también".

No obstante, el grueso de la ponencia de esta catedrática del Departamento de Microbiología y Parasitología de la USC versó sobre la prevención de enfermedades en el ámbito acuícola, por ser uno de los aspectos a los que se dedicó "con más entusiasmo desde los 80 y que además dio frutos transferibles al sector productivo con gran repercusión para el avance de la industria de la acuicultura". También su antigua alumna, la conselleira do Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, hizo un hueco en su agenda para subrayar en el acto sus aportaciones al "desarrollo de la acuicultura en Galicia".

Igual que el académico Manuel Freire, antiguo profesor de la homenajeada y encargado del discurso de contestación, quien destacó la contribución del grupo de investigación de Estévez al "destacable nivel de desarrollo"que en Galicia alcanzó en el sector. Además, para Freire, la investigadora pontevedresa es "un ejemplo del camino que un científico tiene que seguir para alcanzar un nivel de competencia con el que pueda contribuir a la producción, desarrollo y bienestar del país".