Avión, el pequeño México
Gaitas y mariachis comparten escenario estival en este concello encajado en la montaña ourensana, un paraíso del descanso para las grandes fortunas mexicanas
Sandra de la Fuente
Llega agosto y Avión es más que un municipio gallego cualquiera al que retornan los emigrantes para reencontrarse con la familia, comer pulpo "á feira" y disfrutar de las verbenas. Este rincón de la ourensana Serra do Suído es también un pequeño México montañoso en el que se cocinan tortillas de maíz y frijoles, se escuchan rancheras y se moja el pan en guacamole.
Avión es un pueblo envejecido y duro en invierno que renace cada verano. Famoso por ser cuna de emigrantes de éxito como la familia Vázquez Raña y otros millonarios que han levantado grandes casonas que custodian todo el año uno o varios coches de lujo, este municipio goza del privilegio de ser también destino vacacional de Carlos Slim Helú, el hombre más rico del planeta, una fortuna de 80.100 millones de dólares que ha encontrado aquí la paz.
El milmillonario que encabeza desde 2010 la lista Forbes de las rentas más altas del mundo llegó a Avión de la mano de su amigo Olegario Vázquez Raña, un emigrante más que empezó de la nada trabajando en una mueblería de Ciudad de México y que hoy posee una de las principales fortunas del país azteca construida en el sector de la salud. Además, Vázquez goza de una excelente fama de anfitrión y la prueba es que Slim y otros importantes magnates mexicanos llevan años anotando Avión en su programa de eventos para agosto.
La culpable de la metamorfosis de Avión es la colonia mexicana que desde julio y hasta mediados de agosto pone en marcha fogones y desempolva muebles en las decenas de casas que durante el invierno están cerradas a cal y canto. Los balcones se visten con el símbolo patrio acompañando a las banderas gallega y española y Ferrari, Porsche, Mercedes, Audi y otros coches de alta gama circulan de un lado a otro del municipio, mientras las empresas de catering faenan frente a los domicilios por San Roque.
Todo cambia en Avión con la llegada del verano y los emigrantes Susana Barreiro despacha en el Claudio de la vía principal "antojitos mexicanos" para que los visitantes no añoren su gastronomía. Un lineal del súper está repleto de tarros de chile, frijoles, tortillas de maíz, harina, salsa guacamole y queso Oaxaca en la zona de frío. Aunque las ventas se disparan en verano, estos productos se venden durante todo el año porque los emigrantes retornados se han traído con ellos parte de la cocina mexicana.
La importancia del veraneo azteca en Avión es tal que incluso la fiesta religiosa del San Roque (16 de agosto) se adelanta al primer fin de semana para que puedan disfrutarla los emigrantes ya que en México el colegio empieza a mediados de agosto. La cita principal es el domingo pero en la casa de Olegario Vázquez Raña se festeja el sábado y se hace coincidir con la fiesta de cumpleaños de su esposa, María Ángeles Aldir. Este año se celebró el día 2 y acudieron importantes fortunas mexicanas como el productor de papel Miguel Rincón, el capitán Alberto Abed, y empresarios españoles de la talla del presidente del Grupo El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, así como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y directivos de Abanca. También asistió el cardenal mexicano Norberto Rivera que en ocasiones anteriores ofició la misa solemne del San Roque.
La transformación de Avión en verano no distaría mucho de otras aldeas gallegas si no fuese por sus indicadores económicos y por las fortunas que lo visitan. Tiene una de las rentas per cápita más altas de España y duplica la media gallega en excedente bruto de explotación. Su principal fuente de ingresos, al igual que en el vecino Beariz, son los procedentes de otros hogares del exterior: los emigrantes.
Este colectivo, instalado mayoritariamente en México, es mayor que la población local y cuando regresa en verano, Avión se rinde al tequila, el chile y las rancheras. En homenaje a su gente en la diáspora, el Concello organiza cada año la Festa Mexicana. Se celebró el viernes con piñatas para los niños, tequila para los mayores, tres restaurantes cocinando las especialidades aztecas y dos agrupaciones de mariachis ambientando la fiesta.
Lejos de la inseguridad que sienten en México, los emigrantes aprovechan su estancia en Avión para salir y sentarse a tomar algo en las terrazas mientras los niños juegan tranquilamente en la calle.
La terraza del bar O Burato, con vistas al enorme chalé de la familia Vázquez, es el escenario propicio para hablar de México, Avión y la abultada colonia emigrante que distingue a este municipio sobre el resto de Galicia. El Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero, PERE, contabiliza 3.028 personas con este origen de las que 2.599 tienen derecho a voto en España. En ambos casos, la cifra supera a la población actual de Avión: 2.323 habitantes de los que la práctica totalidad, incluido el alcalde, Antonio Montero, tiene vínculos con México.
En 2013 se matricularon 166 vehículos, casi todos de emigrantes que los dan de alta cada vez que vienen y los anulan al regresar, algunos viajan varias veces en el mismo año.
A pesar de que se muestran ariscos con la prensa, muchos de los residentes habituales de Avión asisten curiosos a las idas y venidas en la casa de Olegario Vázquez, donde durante seis días descansó la mayor fortuna del planeta.
El año pasado, Slim jugó en el bar Moncho la célebre partida de dominó que inmortalizó FARO junto a otros magnates como Miguel Rincón, Alberto Abed y Daniel Goñi. Se dejó ver por el pueblo de Avión como un hombre "campechano", afable y sencillo con el que muchos vecinos se fotografiaron al salir de la misa. Esta vez, en cambio, Vázquez Raña y sus invitados han optado por la discreción para garantizar su descanso y han permanecido prácticamente inaccesibles.
A Carlos Slim solo se le pudo ver el jueves 31 de julio comiendo de romería en una carpa privada en el pueblo vecino de Rodeiro. El acaudalado grupo de amigos eludió también la procesión del San Roque el domingo y solo se acercaron al bar habitual para jugar al dominó tras asegurarse de que no había cámaras.
El lunes Slim abandonó Galicia con rumbo a Pisa y se desconoce si volverá el año que viene. Los amigos de su anfitrión creen que sí porque dicen que aquí disfruta de algo que el dinero ni casi ningún otro lugar del mundo le puede dar, la tranquilidad.
"Dios te da suerte, pero no te lo da todo; hay que trabajar", dice un cliente del bar con vistas al jardín de los Vázquez Raña. Desde el anonimato, defiende el país en el que logró estabilidad económica: "Avión no nos dio nada a los emigrantes pero nos motiva volver", dice y no oculta su temor ante la posibilidad de que las nuevas generaciones nacidas y criadas en México pierdan el arraigo. Esta posibilidad no le inquieta solo a él. En una terraza próxima, otro emigrante reivindica la humildad de la colonia mexicana y protesta por la imagen de éxito que se proyecta de ellos y que, coincidiendo con otras voces del municipio, les perjudica en términos de seguridad. "A las Américas ya se fueron nuestros bisabuelos a finales del siglo XIX y si no volvieron es porque en Avión no había absolutamente nada en cuanto a servicios, ni luz, ni retretes", apunta asumiendo la portavocía de una familia con siete generaciones de emigrantes que vio partir a los hombres mientras las mujeres se quedaban para tirar de la familia. "Yo todavía tuve aquí a mi madre pero los jóvenes que nacieron allí? ¿querrán volver?", se pregunta.
A las puertas de una vivienda en la que durante semanas conviven 14 miembros de una misma familia, Álvaro Barreiro constata que para llegar a lo que hoy es su familia, "hubo que trabajar mucho, aguantar y callar". Atribuye el crecimiento de Avión a las divisas de los emigrantes mientras su tío Hermenegildo Pérez, ya mayor, dibuja un círculo con el brazo para decir que donde hoy se levantan chalés de piedra y arboledas, antes de la emigración masiva del siglo XX "estaba todo sembrado de maíz".
La esposa de Álvaro es nativa mexicana, se llama Guadalupe Montes y es la que más morriña siente por Avión. "Aquí soy libre, el niño sale con la bici sin que se la roben y yo estoy tranquila, puedo pasear con el bolso sin miedo". Esta familia vive en Ciudad de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, donde gestionan una empresa de muebles.
Muchos de los emigrantes mexicanos de Avión han prosperado gracias a negocios familiares que les permiten turnar la gerencia y visitar la tierra madre con frecuencia. No todos se establecieron en Avión como primer destino, algunos recalaron allí después de un periplo por otros países latinoamericanos e incluso europeos. Como Obdulio Raña, que antes estuvo en Argentina y Venezuela y que ya retornó de forma definitiva: "Juntamos lo justo para comprar una casa y ahora estamos aquí felices con una jubilacioncita".
Sara Testas, de Beresmo, amplía cada año su descanso temporal en Avión. Es pesimista y dice que México está "muy malito", que pronto empezarán a regresar algunos. Otros, decía un emigrante en el bar, "no podrán volver porque no les fue tan bien y no pudieron ahorrar para comprar casa aquí. No todos nadamos en dinero".
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