Un hombre apasionado, una persona a caballo entre dos siglos, y justo entre las dos repúblicas españolas, que se dejó la piel primero en ser él mismo y luego en ayudar a otros a ser ellos mismos, cuando cambió la investigación científica por la gestión de la ciencia. Odón de Buen creó numerosos laboratorios biológicos por toda España, entre ellos el de Vigo, y en 1914 los aunó en el Instituto Español de Oceanografía (IEO), iniciando así el campo de la investigación oceanográfica en España.

La vida de este científico, sin embargo, es muy poco conocida entre la sociedad general, una injusticia que el periodista científico Antonio Calvo contribuye a paliar a través de su libro "Odón de Buen: toda una vida" (Ediciones 94) que presenta hoy en el Centro Oceanográfico de Vigo (20.00 horas, Edificio Cambón) como parte de los actos de celebración del centenario del IEO.

"Es un personaje fascinante; si hubiera sido estadounidense seguro que ya habrían hecho una película sobre su vida", asegura Antonio Calvo. El periodista ha investigado sobre Odón de Buen (1863, Zuera, Zaragoza- 1945, México) a través de archivos, artículos científicos y, sobre todo, de la prensa de la época. "Era un hombre que aparecía mucho en la prensa, tanto en artículos publicados por él como artículos sobre él", describe el periodista que, asegura, ha realizado el libro "a modo de un gran reportaje, con muchas citas que nos ayudan a conocer mejor al personaje".

Odón de Buen fue catedrático en Barcelona y Madrid, concejal del ayuntamiento de Barcelona y senador, siempre con partidos republicanos. Introdujo la teoría de la evolución de Darwin en España y utilizó todos los medios posibles para cumplir la que consideraba la misión de su vida: la creación de un centro de investigación, con laboratorios en todas las costas nacionales, dedicado al conocimiento del mar y al desarrollo de la pesca. "Hay muy pocas instituciones que, 100 años después, mantengan la misma labor por la que fueron creadas, pero él tenía una visión muy moderna", apunta el autor del libro.

Publicó una Historia Natural completa con ilustraciones y grabados que tuvo gran aceptación tanto en España como en América, pese a que los sectores más conservadores de la enseñanza promovieron la prohibición de estos libros como contrarios a las doctrinas de la Iglesia católica. "Revolucionó la enseñanza de las Ciencias en España, llevando a los niños de excursión y promoviendo las prácticas en laboratorios", añade el biógrafo. Dos de sus seis hijos le siguieron en su pasión por el mar.

Falleció en el destierro mexicano. "He tenido acceso a sus últimos diarios, en los que se ve que aún tenía la esperanza de poder volver a España", concluye Calvo.