Este cartel está muy vivo

Se apagan las luces, la sala guarda silencio y el proyector ilumina la pantalla. Lo que hasta ahora era una inerte tela blanca cobra vida y el público acomodado en su butacas, pertrechados muchas veces con palomitas, disfruta ya de la magia del cine. La espera, quizá de meses, ya se ha acabado. Silencio, que empieza la película.

En la era de la sobreinformación es difícil acudir a una sala de cine sin saber nada de la película. No hace muchos años, el arte del cartelismo permitía al aficionado del cine entrar en contacto por primera vez con el próximo. A veces, incluso, era el único avance. Ahora, en una época en la que el tráiler se impone, un personaje anónimo ha decidido actualizar el arte del cartel para competir con la imagen en movimiento.

Pasados por el tamiz de las nuevas tecnologías, los afiches de varias de las películas más populares de los últimos tiempos alcanzan un nuevo cariz sin perder la esencia de aquellos estáticos que una vez decoraron los cines de medio planeta.