El "pintor del hielo" vuelve a casa

El artista internacional Jorge del Castillo visita Pontevedra, donde perfila una exposición, tras pintar los gélidos paisajes de Suecia

El pintor Jorge del Castillo y Yola Quirós, ayer, tras llegar a Vigo.  // J. Santomé

El pintor Jorge del Castillo y Yola Quirós, ayer, tras llegar a Vigo. // J. Santomé

E. OCAMPO | VIGO

Hacía cinco años que no pisaba su Pontevedra natal y ayer, con un ligero adelanto en la hora estimada de llegada, aterrizó en Galicia. El pintor Jorge del Castillo (Pontevedra, 1933), el más internacional de los artistas gallegos vivos, desembarcó en el aeropuerto vigués de Peinador acompañado de su esposa y también pintora, Yola Quirós. Visitó el Museo Provincial de Pontevedra, en el nuevo sexto edificio y confesó su satisfacción. En Vigo había estado hace menos tiempo, ya que recogió el Premio Laxeiro, que reconocía su "dilatada trayectoria" en 2013.

El artista plástico regresa a la ciudad del Lérez tras culminar con éxito su último desafío: pintar bajo cero. A temperaturas de hasta menos diez grados y durante los dos últimos inviernos, Castillo ilustró la gélida costa de Suecia e incluso instaló un estudio en la ciudad de Helsingborg. Recién llegado hace veinte días a Madrid, aseguró que la estancia escandinava le "hizo bien" y que su salud no se resintió por la experiencia. "He mejorado, he aprendido cosas; sobre todo, del contacto con la naturaleza, me hacía falta", aseguró ayer el pintor de mirada profunda, "no solo de los amigos que he conocido allí y son gente maravillosa". Actualmente, también perfila una exposición de su obra en Pontevedra, aún en proceso de gestión.

A ese respecto, consultado sobre las razones de su visita, aseguró: "Vengo a visitar a mis amigos...." y citó varios nombres entre los que se encontraba el del escritor Antón Castro. Precisamente fue otro amigo, Manuel Landeiro, quien le esperaba a su llegada en Peinador.

Con respecto al gélido paisaje escandinavo, Jorge del Castillo destacó: "Fue una experiencia estupenda pero aún no ha acabado. Escandinavia me gusta mucho y está llena de cosas interesantes". De hecho, el embajador de España en Suecia -explica- está organizando allí una muestra con la obra reciente del pintor.

Su periplo vital arrancó hace 80 años en Pontevedra pero enseguida lo llevó hacia Buenos Aires con solo ocho meses de vida, a donde su padre, periodista, boxeador y viajero impenitente, tuvo que radicarse por razones políticas y donde moriría en plena guerra civil española. El viaje de Jorge Castillo siguió en Madrid, París, Ginebra, Berlín, Barcelona, Nueva York y otros rincones del mundo cuya luz quedó reflejada en la retina de este pintor de difícil clasificación.

Tras recorrer medio mundo en una prolífica carrera artística que ha dejado colgado su legado pictórico en museos desde EE UU -hay obra suya en el Guggenheim de Nueva York y en Jerusalén- vuelve a visitar Galicia. A ella le debe, confiesa, su predilección por el color gris y por la piedra que adquiere una "dimensión especial". Para Castillo, Laxeiro, a quien conoció con 16 años en Argentina, fue el pintor que mejor supo representar ese mundo antiguo de la piedra.

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