Ha escrito cientos de páginas impresas en papel, pero una vital para la literatura en lengua gallega al traducir la primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare: "Ser ou non ser". Así se lee la célebre frase en su versión de "Hamlet" en gallego de 1993. El profesor Miguel Pérez Romero (Madrid, 1948), hijo de padres de O Ribeiro, es uno de los gallegos que quizá haya invertido más horas de su vida en leer y pensar en los textos de Shakespeare. "Para traducir a Shakespeare hai que librar unha loita continua entre o rigor e a imaxinación para trasladar a carga poética do texto. Unha mestura entre a fidelidade e a fantasía", explica.

Cuando se cumple el 450 aniversario del escritor inglés, que conmemora el Día del Libro y de la muerte de Cervantes su obra sigue siendo más influyente en la literatura y guarda vigor en el cine y la televisión. Y Pérez Romero ha sido el responsable de las traducción a la lengua vernácula, además, de "Otelo" y "Macbeth", en 2006; "Romeo e Xulieta", "O rei Lear", "Noite de reis" y "A tempestade", en 2003. Todas estas obras fueron editadas por Galaxia (en las colecciones Clásicos en Galego y Clásicos Universais). Pero sus primeras traducciones de Shakespeare comenzaron a finales de los años 80. Con "Soño de una noite de San Xoán" y "O mercader de Venecia" en 1989 -coeditado por la Xunta- arrancó una labor en la que "Hamlet" supuso el broche de oro. "Entre os problemas que se atopan en Shakespeare está a ambigüidade, que hai que reflectir, pero é difícil de manter...", insiste.

Más obra sin publicar

Sin embargo y paradójicamente, su revisión de "Hamlet" no ha sido editada, ni tampoco otras dos traducciones al gallego de dramaturgo inglés que ya tiene listas hace años, pero sin que ninguna editorial les haya permitido ver la luz: "Medida por medida" y "Ao voso gusto". Al mismo tiempo, el autor destaca la "magnífica" traducción de los Sonetos del profesor Ramón Gutiérrez y la edición bilingüe (Xerais, 2011). Biográficamente, la primera lectura que hizo Pérez Romero de Shakespeare fue a cargo de la traducción de Astrana Marín, aunque hoy en día ensalza las del catalán Ángel Luis Pujante.

"Shakespeare afonda moito na condición humana; nas súas traxedias, pero tamén nas comedias, amosa un coñecemento profundo do ser humano". Esa sería la clave de por qué las obras cumbre del dramaturgo inglés tienen el elixir contra el paso del tiempo. Pueden ser releídas, pero nunca pierden significado, aunque se modifique el sentido que les atribuye el lector a medida que avanza el tiempo, como los grandes clásicos. También Pérez Romero define el oficio: "É un labor apaixoante, que engancha moito porque traducir é unha forma moito máis profunda de entender. Significa un reto", reflexiona.

A unos 140 kilómetros del agitado Londres, la huella de Shakespeare empapa por completo la atmósfera de la localidad natal de Shakespeare, Stratford-upon-Avon (sur de Inglaterra). Con motivo del 450 aniversario, la Royal Shakespeare Company lleva a escena la obra del autor durante todo el año. Aunque el flujo de turistas se mantiene constante, la mayor concentración tiene lugar el fin de semana más próximo al día de San Jorge, este año el 26 y 27 de abril. Desde 1824, una procesión encabezada por los chicos de la Escuela de Gramática del Rey Eduardo VI, donde se educó Shakespeare, recorre la ciudad con un pastel transportado por un carruaje de caballos.