No corren buenos tiempos para el libro que, como parte del tejido industrial y cultural, sufre las envestidas de la crisis, aunque sobrevivir a esta no es el principal reto de un sector que el último año sufrió una caída general de ventas entre el 30 y el 40 por ciento. La adaptación del sector a los cambios de modelo que significa internet y luchar contra los bajos índices de lectura son los otros dos grandes retos a los que se enfrenta, ya sea en papel o en formato digital.

Para Manuel Bragado, presidente de la Asociación Galega de Editores (AGE) el Día Internacional del Libro que se celebra hoy debe de servir para reivindicar su papel en las sociedades modernas. "El libro es un sector estratégico no solo en términos económicos, sino también en el ámbito de la convivencia ciudadana", sostiene el editor. Precisamente hoy, la docena de organizaciones y entidades adheridas al Foro Reimprímete que organizan la asociación que preside y el Clúster do Produto Gráfico e do Libro Galego en Santiago leerá un manifiesto en el que reivindican la importancia cultural, educativa y socioeconómica del papel, del libro y de la propiedad intelectual dentro del proceso de hibridación que se establece con la intervención de los nuevos soportes tecnológicos.

Salvaguardar los derechos de autor es uno de los principales desafíos que presenta este proceso de hibridación al que hace referencia el editor, aunque matiza, internet no es el mayor escollo del libro. "La piratería no es el principal problema. Lo importante es ampliar el interés por la lectura en todos los sectores porque continuamos siendo uno de los países de Europa con un índice más bajo de lectura", advierte Bragado, que apuesta por el formato digital como una de las patas de la edición, aunque la inclusión de las editoriales gallegas en el formato electrónico sea aún tímida. Xerais, por ejemplo, tiene 128 títulos en digital de un catálogo de 3.800.

Ahora el acceso a la información es "infinitamente mayor" que hace años, afirma Bieito Ledo, editor y presidente de la Fundación Premios da Crítica Galicia, para quien el libro se encuentra en una encrucijada. "El libro en papel y electrónico están compartiendo un territorio donde ya han desaparecido sectores como la venta a créditos de grandes obras, que hoy se consultan en internet. El acceso universal a la información que brinda internet es el sueño que tuvieron los padres de la enciclopedia. Sin embargo, el libro de creación literaria continuará, y especialmente el álbum ilustrado infantil", opina el editor, para quien el futuro del libro se escribirá en soporte electrónico. "Pero el libro existirá siempre porque la gente necesitará siempre leer", añade.

Francisco Castro, escritor y presidente de la Asociación Galega da Literatura Infantil e Xuvenil (Galix), afirma que la única buena noticia dentro de esta "crisis brutal" es la "edad de oro" que vive el libro infantil y juvenil gallego, que en 2013 editó más novedades que el año anterior. Según Castro, a esto contribuyen el sistema de prescripción de libros en los colegios y el reconocimiento de la literatura infantil y juvenil gallega fuera de nuestras fronteras. Para Castro, el libro digital no explica la bajada en las ventas del resto de libros en papel, ya que, recuerda, solo supone el 4% del total de la facturación.

Los libreros reconocen que estos últimos doce meses han sido especialmente difíciles para el sector debido a la crisis y demandan a la Administración cursos de formación para afrontar la era digital. "Las herramientas con las que trabajamos han cambiado y tenemos derecho, como cualquier otro trabajador, a tener cursos de formación", afirma Pilar Rodríguez, presidenta de la Federación de Librarías de Galicia, que engloba a cerca de 250 librerías.

La representante de los libreros añade que no reclaman subvenciones, sino su derecho a mantener su puesto de trabajo. "Necesitamos reciclarnos y no tenemos recursos, pero entendemos que la Administración sí los tiene", añade.