La llegada a las costas gallegas del camarón esqueleto japonés ha dado de nuevo la voz de alarma ante la presencia de especies invasoras en Galicia. Una veintena de especies de fauna foránea, entre ellas el visón americano y el mapache, están poniendo en peligro la biodiversidad de los ecosistemas gallegos.

Aves, mamíferos, reptiles, peces o crustáceos procedentes de otras latitudes empiezan a extenderse por el territorio gallego, constituyendo una seria amenaza para algunas especies autóctonas en peligro de extinción o representativas de nuestro ecosistema. Es el caso de la actividad predadora del visón americano con el cormorán moñudo en las Islas Atlánticas, o la transmisión de enfermedades del galápago de Florida o americano al sapoconcho. Y es que la presencia de especies invasoras es la segunda causa de pérdida de biodiversidad a escala global después de la destrucción del hábitat. De ahí la importancia de las medidas de prevención y de campañas para concienciar a la gente del peligro que suponen algunas "mascotas exóticas".

"Es un problema que va a más. En los últimos años hemos detectado especies que no estaban presentes en Galicia, como es el caso del mapache o del cangrejo señal, por citar dos ejemplos", apunta Jesús Santamarina, jefe de servicio de Biodiversidade en la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Xunta. El cangrejo americano lleva ya bastantes años en Galicia y está en proceso de expansión, colonizando nuevas cuencas, sobre todo zonas donde hay una degradación de las aguas. El cangrejo señal, por su parte, está entrando desde Castilla y León y se encuentra ya en el Sil y en otros afluentes del Miño.

Muchos asocian las especies invasoras con el mejillón cebra o peces como la perca americana, pero también hay un buen número de aves -bengalí rojo, pico de coral, cotorra argentina, cotorra de Kramer- y algunos reptiles. No es fácil hacer un elenco de las especies de fauna invasora más dañinas en Galicia, pues cada una afecta a un entorno muy concreto. Además, algunas de ellas, como la trucha arco-iris, fueron retiradas el pasado año del Catálogo elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente. Otra confusión frecuente surge de equiparar todas las especies exóticas con las invasoras. El catálogo del Gobierno central incluye ahora un total de 186 especies exóticas invasoras (en su mayoría plantas), de las cuales 53 son nuevas.

En el Plan Estratégico de Gestión de Especies Exóticas Invasoras en Galicia, elaborado por la Consellería de Medio Ambiente, figuran un total de 192 especies, de las que el 60 % (112) son plantas. Por lo que respecta a la fauna, incluye 23 invertebrados, 11 peces, 5 reptiles y anfibios, 25 aves y 4 mamíferos.

Mascotas exóticas

La moda de tener como mascotas animales exóticos es uno de los factores que más están influyendo en la introducción de especies invasoras. Es muy conocido el caso del galápago americano, que está poniendo en riesgo las poblaciones autóctonas de galápago europeo (sapoconcho en gallego), una especie que se encuentra en peligro de extinción en nuestra comunidad.

"Hemos detectado una patología asociada a un parásito, transmitido por galápagos exóticos, que está diezmando las poblaciones de sapoconchos", refiere Santamarina.

Otro ejemplo es el caso del mapache, que se puso de moda como animal de compañía y que empieza a crear problemas a medida que deja de ser un cachorro. "Cuando es una cría es muy atractivo, pero cuando va creciendo se convierte en un animal muy agresivo, difícil de domesticar, por lo que mucha gente lo acaba soltando", añade el responsable de Biodiversidade de la Xunta. En Galicia hay un núcleo de población de un centenar de mapaches en A Terra Chá, en torno al río Miño.

El visón es uno de los principales motivos de amenaza de muchas especies, porque es un predador muy potente y además se adapta a los sistemas costeros y a humedales. Otro ejemplo de animal que se puso de moda hace unos años, aunque no esté recogido en el catálogo español de especies invasoras es el cerdo vietnamita, del que ya hay poblaciones silvestres en Galicia en la provincia de Lugo.

Se define como especie exótica o alóctona aquella que fue introducida fuera de su área de distribución natural debido a las actividades humanas, de forma intencionada o no. Esa especie se considera invasora cuando se convierte en una amenaza para la biodiversidad biológica del lugar en que fue introducida.

Como apunta Fernando Rodríguez Brea, biólogo e investigador sobre poblaciones de flora y fauna foráneas, las especies invasoras se caracterizan por su capacidad para reproducirse y perpetuarse en el nuevo medio, compitiendo -y en algunos casos desplazando- a las especies nativas, alterando algunas características propias del medio e introduciendo nuevas plagas y enfermedades. En algunos casos, esas especies invasoras suponen también una amenaza para las personas, como ha sucedido con la introducción del mosquito tigre en Europa.

Según un informe de la Comisión Europea, en la UE los gastos anuales asociados al control de las especies invasoras y el daño que ocasionan ascienden cada año a unos 12.000 millones de euros. EE UU, por su parte, dedica 8.000 millones anuales a la lucha contra las invasiones biológicas.

La mayoría de las especies invasoras proceden de América del Norte y de Asia. Dentro de Europa, el mercado único y el espacio sin fronteras favorecen su expansión. La lucha contra las invasiones biológicas exige un trabajo conjunto entre los distintos países. La medida más barata y preferible es la prevención mediante controles fronterizos, intercambio de información y programas de alerta temprana. En este sentido, la implicación de la población es imprescindible.

Visones y mapaches

Aunque no es fácil señalar qué especies invasoras son las más dañinas en Galicia, sí que existe "preocupación por el impacto del visón americano en especies amenazadas, como el cormorán moñudo en las Islas Atlánticas; o en especies asociadas a los ríos, como el desmán ibérico", comenta Santamarina. El visón americano es un fuerte competidor frente a la especie autóctona, el visón europeo, y también desplaza a otras especies de mustélidos como el turón y el armiño. En el caso del mapache se ha detectado que la población del río Miño está incidiendo sobre poblaciones de moluscos bivalvos. El mapache causa graves daños en los hábitats pues se trata de un animal voraz, tanto en la caza como a la hora de depredar nidos En cuanto al galápago americano o tortuga de Florida, está poniendo en peligro al galápago autóctono, que se encuentra en peligro de extinción.

Algunos de estos animales son difíciles de erradicar. Es el caso del cangrejo americano, o del visón americano. "Salvo zonas aisladas, como pueden ser las islas Cíes, donde se está intentando erradicar", añade Santamarina. En todo caso, la inversión que habría que hacer para erradicar esas especies sería enorme, algo que no se entendería con la crisis actual. "La principal vía para afrontar este problema es la prevención; y una de las mejores formas es concienciar a la población de la amenaza que suponen esas especies foráneas. Los medios de comunicación pueden realizar una labor muy importante", resalta Jesús Santamarina.

También son fundamentales los sistemas de alerta y actuación temprana, como se está intentando ahora con el mapache.

Desde la Dirección Xeral de Conservación da Natureza agradecen la colaboración que prestan algunas organizaciones ecologistas a la hora de detectar especies invasoras y de concienciar a la gente. "Desde la Xunta estamos desarrollando actuaciones de erradicación temprana de especies particularmente nocivas para el medio, y hemos elaborado un documento para aprobar un marco estratégico para hacer frente a este problema", concluye Santamarina.