Galicia tiene expertos cafeteros, como lo demuestran las medallas que obtuvieron Marcos Ramos Cascallar, Francisco Luis Blanco Valverde y Martín Prieto en los campeonatos nacionales de la SCAE (Speciality Coffee Association of Europe) en España, celebrados este pasado fin de semana en Vitoria. De este certamen, que esta asociación organiza anualmente, salen los representantes españoles que acudirán al mundial, que este año se celebrará en Rímini (Italia) y Melbourne (Australia). En total, fueron cinco los gallegos que concurrieron a esta cita.

Marcos Ramos Cascallar, de Vilagarcía, obtuvo la medalla de cobre en la modalidad de cata (cup tasting); Francisco Luis Blanco, de Nigrán, se hizo con la de plata en la categoría de barista, y Martín Prieto, de A Coruña, obtuvo el tercer puesto en la de latte art (decoración de café).

Para Marcos Ramos Cascallar, esta es una muy buena representación por parte de la comunidad en este importante certamen de especialistas del café, ya que de las nueve medallas entregadas, tres han sido para profesionales gallegos. "Nos hemos llevado el treinta y tres por ciento de los premios del campeonato", comenta este catador, gerente de un microtostadero en Vilagarcía de Arousa, al que llegó desde el mundo del vino. "Soy sumiller, pero hace un año y medio abrí el microtostadero", explica.

Catar vino y catar café no se diferencian demasiado, asegura. En los dos casos, hay que anular el sentido de la vista y agudizar al máximo los otros cuatro para poder apreciar tanto el aroma y el sabor como el cuerpo del producto.

Reconoce este vilagarciano que el nivel en los Campeonatos de la SCAE fue muy alto y que le traicionaron los nervios en la eliminatoria final. "Me veía ya en Melbourne, me confié y fallé", reconoce Ramos, que anuncia que el próximo año repetirá.

"Ha sido una experiencia muy interesante desde el punto de vista personal y también como entrenamiento. Yo estoy todo el día catando café porque en este mundo, como en otros, hay muchas cosas buenas pero también muchas malas y para ofrecer lo mejor a los clientes tienes que probarlas", asegura. Pero que la cata forme parte de su día a día no le resta placer a la hora de saborear una taza de café. "Una cosa es catarlo, porque aquí solo lo estás examinando, y otra es sentarte a disfrutar de un buen café o de un buen vino", afirma. El oro y la plata en la categoría de cata se las llevaron sendas mujeres, las dos únicas que participaron en esta competición. "Cuando vi que pasaba a la final con ellas ya supe que lo tenía complicado. Las mujeres son superiores. Tienen un olfato y un gusto especiales", afirma el vilagarciano.

Las pruebas de la categoría de cata consistieron en varias rondas eliminatorias en las que los aspirantes tuvieron que catar tres cafés e identificar cuál de ellos era diferente. "En cada cata tuvimos que examinar 25 cafés de distintas procedencias. La dificultad estaba en que los tres eran de la misma variedad, pero cultivados en distintas plantaciones a unos kilómetros de distancia", explica. Cafés de Brasil, Uganda, Kenia, Salvador, Guatemala, Honduras, Etiopía y Burundi son algunas de las variedades que pusieron a prueba las destrezas de los catadores. Pero, ¿qué se valora en un café? Según Ramos, una acidez alta y bien integrada, un amargor bajo y que no tenga defectos, es decir, que no tenga sabor a tierra debido a un mal secado u olor a fermentos, por ejemplo.