Vigo es una ciudad coral. No hablo del reparto de un drama, ya saben, comedia coral, drama coral, novela coral? sino de una querencia evidente hacia las músicas de coro. De la coral polifónica "Allegro"; fundada en 1996 con el nombre "Coral Polifónica Olívica" pasando por la Coral Polifónica "Amadeus" que comenzó su andadura en el año 2002, en la escuela de música Amadeus en el barrio de las Traviesas de Vigo. Y por supuesto que hay que citar, cómo no, a la Coral Casablanca, fundada en el lejano año 1957, y que es la más antigua de Vigo (en activo) y la más laureada de Galicia.

A esta oferta generosa se suma ahora el Coro de Cámara Rías Baixas. Se trata de un coro de dieciséis cantantes, todos ellos son estudiantes o miembros del Coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Por tanto hablamos de un cuerpo de cantantes entre lo profesional y los estudios que, cabe suponer, se mide por la excelencia de sus componentes. Su director, Bruno Díaz, también al frente de la Coral de Val do Fragoso y del Coro Xoven de Vigo, ha definido a los miembros del coro como un grupo de voces semiprofesionales con conocimientos de música. Es significativa esta última parte: estudios musicales. Ayer demostraron solvencia y ganas en el Auditorio Martín Códax, donde interpretaron la Petite Messe Solennelle, de Giacchino Rossini.

Rossini fue un compositor italiano del siglo XIX conocido especialmente por sus óperas, sobre todo las de carácter cómico. Pero en esta ocasión el Coro de Cámara Rías Baixas vino a interpretar su Petite Messe Solennelle, pequeña misa solemne de la que se dice que ni es pequeña ni solemne, ni particularmente litúrgica. Es una obra que juega con las expectativas del oyente de un modo casi travieso, pequeña como misa (son noventa minutos pero para coro y dos pianos y armonio).

Una obra pensada por Rossini para no más de doce músicos es, sin duda, un buen menú para el Coro de Cámara Rías Baixas.