Ni el talento del joven poeta Aurelio Aguirre (Santiago, 1833-A Coruña, 1858) se libró de la tijera de los editores. La profesora de Teoría da Literatura de la Universidade da Coruña Olivia Rodríguez asegura que algunos versos de los poemarios publicados de forma compilada tras su fallecimiento. Por ello, la estudiosa ha trabajado en los últimos años limando palabras y comparando con el fin de editar un libro con los poemas tal cual los había dejado escritos Aguirre. El resultado es Recuerdos de agosto. Obra poética 1850-1858, que ayer se presentó en Vigo arropado por Xosé Luís Méndez Ferrín.

La obra, de la editorial Alvarellos, también ha sido coeditada por el Consorcio de Santiago, en cuyo casco viejo nació "el Espronceda gallego", como así se conoce a Aurelio Aguirre.

La obra recoge 133 poemas de este, de los que más de 80 son inéditos ya que Olivia Rodríguez ha reunido un cuerpo de obras procedentes de manuscritos, que se encontraban tanto en la sede de la Real Academia Galega (RAG) como en la biblioteca del Instituto de Estudios Padre Sarmiento.

El libro -además de la introducción de Rodríguez- recoge también un estudio histórico realizado por el filólogo de la Universidade de Vigo Xurxo Martínez.

A juicio de Olivia Rodríguez, "Aurelio Aguirre nunca foi estudado en serio", a pesar de tener gran fama como poema en su tiempo, lo que no evitó que acabase siendo olvidado.

Para esta profesora, tanto Rosalía de Castro como Aguirre -héroe del Banquete de Conxo, que falleció ahogado en el mar y no de un suicidio como señaló durante tiempo una leyenda que también se deconstruye en este libro- bebieron del mismo ambiente litrario, las obras de Espronceda. De hecho, la huella de la negra sombra se encuentra tanto en ella como en él, aunque con matices diferentes.