Fue un partido de fútbol muy especial, y no exento de dureza en el juego. En plena Guerra Civil española, el Celta se enfrentó hace 75 años en Balaídos a la tripulación del acorazado alemán "SMS Schleswig-Holstein", que diez meses más tarde se convertiría en triste protagonista al efectuar en Polonia los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial.

El acorazado alemán llegó al puerto de Vigo el 4 de noviembre de 1938, acompañado del buque tanque "Julius Schindler". La tripulación del "Schleswig-Holstein" estaba formada por 31 oficiales y 815 suboficiales y marineros, de ellos 180 cadetes. La llegada del buque de guerra a la ciudad gallega coincidió con un importante discurso de Hitler con motivo del congreso nazi de Tubinga, en el que replicaba a unas palabras de Churchill sobre la amenaza del nazismo.

Tras asistir a diversos actos protocolarios y visitar distintas zonas de la ciudad, los militares alemanes acudieron el domingo día 6 al estadio de Balaídos para animar a su equipo en el partido de football contra el Celta. Con la asistencia de autoridades civiles y militares, y animado por las bandas de música de Vigo y del acorazado, el duelo sobre el césped fue tremendamente disputado.

En la crónica del partido publicada en Faro de Vigo, Hándicap (Manuel de Castro) tenía palabras de elogio para el equipo alemán: "El guardameta se distinguió extraordinariamente en las paradas y blocajes por alto. Magnífica su línea delantera (…) y laboriosos los medios, siguiendo el ataque y convirtiéndose a veces en ocho delanteros. Efectuaban los avances en masa".

A pesar de los elogios, la victoria fue para el Celta, que derrotó a los militares alemanes por 2-1. En el equipo vigués "bulló muchísimo Toñuco", reseñaba Hándicap, que alude también a la contundencia con que se emplearon los teutones, pues el céltico "Trujillo, jugador duro, encontró la horma de su zapato en sus contrarios. Porque el equipo germano era duro y algunos de sus jugadores muy contundentes".

Al margen del juego, el acto fue "una fiesta deportiva muy brillante y dio lugar a sinceras manifestaciones de amistad hispanoalemana", según las crónicas de la época, no en vano el régimen nazi era el principal aliado de Franco. Durante varios días, los oficiales, guardia marinas y marineros francos del acorazado se hicieron notar por las calles y establecimientos de Vigo. "Su presencia en nuestras principales vías -escribía FARO- dio gran animación a la ciudad, que presentaba brillantísimo aspecto".

El miércoles 9, día en que se honraba en Alemania la memoria de los caídos por el Tercer Reich, los oficiales del acorazado visitaron el cementerio de Pereiró para rendir homenaje a los marinos alemanes enterrados en Vigo. Al acto se sumó la colonia alemana en Vigo.

El "SMS Schleswig-Holstein" abandonó Vigo el día 10 de noviembre con rumbo a Funchal, en un periplo que le llevaría a América Central y Sudamérica.

Ataque en Polonia

Menos de un año más tarde de su escala en Vigo, el acorazado alemán participaba en una misión que tendría unas consecuencias dramáticas. El 1 de septiembre de 1939 Alemania comenzó la invasión de Polonia: a las 04.47 horas el "Schleswig-Holstein", que se encontraba haciendo una visita de cortesía en Danzig, abrió fuego con su batería principal contra las posiciones polacas de la fortaleza de Westerplatte, cerca de la desembocadura del río Vístula. Eran los primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial. Infantes de marina del acorazado -tal vez alguno había jugado contra el Celta en Balaídos- desembarcaron con la intención de tomar la fortaleza ante la oposición de los polacos, que resistieron el asedio durante una semana.

El acorazado "Schleswig-Holstein" participó posteriormente en otras acciones bélicas de la contienda mundial, y llegó a estar parcialmente hundido. Finalmente fue utilizado como buque objetivo para pruebas de artillería en el golfo de Finlandia, hasta que en 1966 su pecio fue sumergido. La campana del buque se encuentra en el Museo de Historia Militar del Bundeswehr en Dresde.