Que al morir no se pierda además de la vida, la lengua. Es el propósito para el que trabaja desde hace años la Asociación de Funcionarios para a Normalización Lingüística (AFNLG) y que ahora se materializa en una campaña específica dirigida al uso de gallego en los cementerios, esquelas y demás honras fúnebres. Han detectado que la práctica totalidad de los muertos que moran en los miles de cementerios de la comunidad descansan en castellano, el idioma de la eternidad que relevó al latín en la lengua de uso común funerario. Y eso, aunque el muerto hablase gallego, o destacase por su militancia en pro del idioma, suele suceder que el último adiós se le da en español.

Los datos que manejan desde la AFNLG son abrumadores: solo un una de cada mil lápidas está en la lengua de Rosalía, mientras que un 2% de las notas necrológicas que se publican elige el gallego. "No tocante ás esquelas publicadas nos medios de comunicación, observamos desde hai oito anos o descenso da porcentaxe: se entón era un 3%, hoxe é un punto menos", según asegura el presidente del Foro E. Peinador y miembro de la AFNLG de la que es fundador, Xosé González Martínez.

"Un dos lugares onde é máis evidente a desmemoria lingüística de Galicia son os cemiterios. Por incomprensible que pareza, as parroquias dos mortos non falan a mesma lingua cás dos vivos. As lápidas ou campas dos camposantos galegos son expoñentes da renuncia dos galegos ao seu idioma: prefiren lembrar aos seus defuntos noutra lingua diferente da que falan no ámbito familiar". Con un argumento como el que se expone, trece entidades firmaron esta semana en Santiago una Declaración para restaurar a memoria lingüística, también en los cementerios. El apoyo a la medida fue casi unánime y singularmente excepcional, ya que logró un consenso político y sindical. Firmaron la AFNLG y promotora del manifiesto, el secretario xeral de Política Lingüística, PP, PSdeG, BNG, Anova, Izquierda Unida, Compromiso por Galicia, y los sindicatos Unións Agrarias, UGT, CIG, CUT y CC OO.

Santo Domingo de Bonaval, en Compostela, acogió el acto que contó con la asistencia de representantes de todas las fuerzas políticas. El documento de "Restauración da Memoria lingüística de Galicia" contiene tres propuestas destinadas a los municipios y que incluyen la colocación de una placa en la puerta de los cementerios, reemplazar la lápida de los difuntos con destacada actividad en gallego, con autorización de la familia, por una placa en gallego y promover un acto público. Para eso será necesario que los herederos acepten la sustitución. Y también, instar a las empresas de la industria funeraria y similares, para ofrecer sus servicios en los dos idiomas.

Xosé González defiende que la normalización en las pompas fúnebres, como en los demás sectores, "dependerá de la demanda". Si esta crece, las funerarias serán más receptivas. Y también, ocurrirá con el idioma que use el párroco o cura el día del funeral, a petición de la empresa. Si ese día tan sensible nos fijamos en otros aspectos, también nos podemos acordar del idioma, razona. Este colectivo también promueve el uso del gallego en la justicia, en el etiquetaje de los alimentos y en las campañas publicitarias y lleva desde mediados de los noventa homenajeando en cementerios de Galicia a los muertos que conservaron su forma de expresarse más allá del estertor final. Suele coincidir con los actos en el mes de Difuntos.