GALLEGOS EN LA CIMA Jaime Barros Ríos

"En ciencia te sientes como un niño en una tienda de caramelos"

El investigador de Soutomaior trabaja en un grupo de referencia mundial en Denton (Texas)

Jaime Barros, en el campus de North Texas, en Denton.

Jaime Barros, en el campus de North Texas, en Denton.

sandra penelas

Las ciencias biológicas le gustaban desde niño y disfrutó con la carrera de Ingeniería Técnica Forestal en el campus de Lugo, pero después de 4 años trabajando como director técnico en la Asociación Forestal de Galicia decidió volver al mundo académico para seguir enriqueciendo su conocimiento y convertirse en doctor. Y así empezó Jaime Barros (Soutomaior, 1977) su trayectoria investigadora en el grupo de Rosa Malvar, en la Misión Biológica de Galicia-CSIC, y dedicándose al ámbito de la mejora genética del maíz. Un periodo que incluyó estancias en dos laboratorios de Minnesota y en otro de São Paulo para completar su formación.

Tras defender su tesis en Vigo en 2012 se marchó a la Universidad de Umea, en Suecia, para empaparse sobre técnicas de biología molecular y celular. Fue allí donde la Barrié le notificó que le financiarían un proyecto con el investigador al que había perseguido desde el principio de su periplo científico, Richard Dixon, una de las voces más autorizadas y reconocidas en ciencia vegetal.

Acabó su contrato en el centro sueco y el pasado agosto llegó a la Universidad de North Texas, en Denton, para incorporarse a "uno de los mejores laboratorios del mundo". Su jefe es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU y, gracias a la repercusión de sus trabajos, tiene un nivel de impacto solo al alcance de los investigadores excepcionales. Barros es uno de lo 9 "postdoc" dirigidos por Dixon y procedentes de China, México, Sudamérica y Corea.

El biólogo gallego centra sus esfuerzos en la lignina, uno de los componentes principales de la pared celular de las plantas, junto con celulosas y hemicelulosas -ambas polisacáridos-, y responsable de proporcionar rigidez a la planta. En concreto, Jaime estudia dos enzimas muy tempranas de la ruta metabólica: PAL y TAL.

Entender cómo la lignina se sintetiza, transporta y polimeriza permitiría poder reducirla o modificarla y así facilitar el acceso a los polisacáridos, los componentes de interés para la producción de biocombustible, sin afectar a la viabilidad de las plantas.

Estos estudios se realizan con sorgo dulce y Panicum virgatum, dos especies utilizadas para elaborar bioetanol, pero también con la especie Medicago sativa (alfalfa), con la que se alimenta al ganado. "La reducción de la lignina mejora la digestibilidad de las vacas y conlleva un mejor rendimiento y calidad de la leche", explica Jaime.

Pero sus experimentos no acaban aquí, también utiliza plantas modelo novedosas como Brachypodium y Arabidopsis. Esta última permite modelizar el comportamiento de árboles como el eucalipto o el chopo en la producción de pasta de papel, cuya calidad es superior cuanto menor sea la presencia de lignina.

Su contrato en North of Texas es por 2 años, aunque a él le gustaría añadirle otros tantos: "Si hubiese una alternativa en España volvería. Me gustaría que mi trabajo lo pudiese aplicar la gente de Galicia y del país". De cualquier forma, Jaime entiende que la investigación "no es un profesión, sino una dedicación" y está dispuesto a ir allí donde pueda hacer lo que le gusta: "Es lo bonito de todo esto".

A él, la pasión por la ciencia se le nota: "Las plantas tienen una capacidad de adaptación asombrosa. Cuesta creer las transformaciones tan rápidas que realizan a nivel celular y se ha demostrado que los árboles son capaces de enviar metabolitos a una distancia de varios kilómetros para avisar a otros de un ataque de insectos. Siempre hay algo nuevo que descubrir. Te sientes como un niño en una tienda de caramelos".

Respecto al sistema español, Jaime echa en falta más investigación durante las carreras y reclama "una planificación más seria" de las plazas y de dónde se invierte el dinero "cuando se tiene",

También considera un error destinar fondos solo a los proyectos con aplicación directa: "Es más fácil justificar una inversión a corto plazo pero hay ejemplos de empresas que buscaban conocimientos rápidos sobre el Alzheimer para ponerlos en el mercado y no fueron los mejores. Debe haber investigación básica financiada por el Gobierno para obtener un conocimiento profundo. De ahí salen las grandes cosas".

Una idea que comparten sistemas consolidados como el de EE UU y también emergentes como el brasileño: "Allí hay mucha financiación para contratar a científicos internacionales y solucionar los problemas del país, pero también para la investigación básica".

En la North Texas se implantó el primer programa de jazz del país y Jaime, un aficionado a la música que hace sus pinitos con la guitarra, disfruta con la intensa programación de conciertos: "Pensé que Denton sería una ciudad más clásica pero dicen que es la más liberal de Texas y la vida aquí es bonita".

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