Las herramientas del marketing sexista, el turismo sexual y el tratamiento de la violencia machista son algunas de las cuestiones que analizará Carlos Mañas, presidente de Solidarios Anónimos y autor del libro "Anarquía creativa", en "Tú entre todas las mujeres", la clase magistral que impartirá hoy (18.00 horas) en el Centro Cívico del Casco Vello, organizada por esta ONG y la Rede de Mulleres Vecinais contra os Malos Tratos de Vigo. En su intervención, Mañas desgranará las estrategias de adoctrinamiento de la figura femenina en la sociedad actual a través de vehículos como la publicidad. "Actualmente, la mujer se manifiesta de tres formas: si es importante, en un sello de correos; si es famosa en el "Hola" y si es una maltratada, en las esquelas", sostiene el publicista, que responsabiliza de esto a la imagen esteriotipada que aún se proyecta de la mujer y que hace que los jóvenes reproduzcan el mismo modelo patriarcal.

"Las nuevas generaciones reciben la misma imagen de la mujer de forma masiva y sin tiempo analizarla. No se dan cuenta de que esto conduce a perpetuar una imagen banal de la mujer. Y aquí, la educación es fundamental", argumenta.

Según el publicista, muchos anuncios continúan empleando a la mujer como reclamo para vender productos dirigidos al mercado masculino. "Continuamos explotando el atractivo sexual que pueda tener una mujer para despertar el deseo de comprar un producto y esta práctica conduce a que se perpetúe la imagen de la mujer como alguien banal y como un objeto para satisfacer al hombre", explica Mañas, que añade que esto provoca a su vez que la mujer continúe siendo víctima del culto al cuerpo, algo que por otra parte no es exclusivo de la época contemporánea. "No veremos una imagen de la Virgen María fea. Siempre es guapa y de ojos azules", añade.

Esta imagen de la mujer como objeto sexual tiene su máximo exponente en el denominado turismo sexual, que recuerda que mueve cifras astronómicas y que algunos países emplean como reclamo turístico. "En el caso del turismo, todos somos cómplices porque sabemos que existe pero no hablamos de ello", se lamenta.

En su opinión, debería de haber un código mediático por el cual no se adquiriesen determinados productos según qué herramienta empleasen para llegar al gran público. "Prohibir no se puede prohibir", asegura.