El principal problema al que tienen que enfrentarse tantas y tantas personas en esta crisis de valores está en su mente. Dicho de otro modo, la mayor dificultad para enfrentarse con voluntad a la nueva situación está en la conciencia, "porque esta es la que aprecia, juzga y delibera. Es la que acaba tomando la decisión de cómo hay que experimentar el entorno y los hechos que se producen en el mismo". Y entonces el psicólogo plantea preguntas como estas: ¿A qué hemos entrenado la mente? ¿A sufrir? ¿A confiar? ¿A obnubilarse con el problema o a buscar soluciones? ¿A deprimirse o volverse ansiosa? "Cuando todo se derrumba a nuestro alrededor, necesitamos más que nunca una mente que sepa ordenarse serenamente", indicó.

Flexibilidad

Hizo varias consideraciones Guix. Una, en positivo, es que la mente puede cambiar porque lo permite nuestra plasticidad neuronal. "Y si nos preguntamos -dijo- porqué tenemos que cambiar ahora nuestra manera de ver las cosas, hay una respuesta: Sencillamente, porque las cosas han cambiado y superarse exige una mente diferente, de mayor flexibilidad, no anclada en ideas rígidas como que las cosas duran toda la vida.

A lo que se refiere Guix es aspectos cambiantes como nuestra vida laboral, que puede que nos obligue a bailar a varios ritmos diferentes, en lugares diferentes, con sueldos a la baja... "Pero estar en el paro no significa estar parado -afirma-. Es ineludible mantenerse activo si se quiere sobrevivir a la crisis. También hay que optimizar nuestros pensamientos y centrarnos en lo que queremos y no en lo que tememos".