"Ardalén", la última novela gráfica del coruñés Miguelanxo Prado, el autor gallego de cómic con más prestigio internacional, es una fábula sobre la memoria que parte de un poema para ofrecer una historia de realismo mágico con héroes y malvados. La aventura en color en 256 páginas fue publicada por El Patito Editorial en castellano y gallego el pasado otoño y a lo largo de este año será traducida a otros nueve idiomas (alemán, holandés, portugués, francés, inglés, italiano, danés, finlandés y turco). Sobre el recorrido de este tesoro editorial, su nacimiento y desarrollo hablará Prado hoy en Vigo.

El primer encuentro con sus lectores será a las 12.00 horas en La Historia café bar (número 5 de la calle Cruz Blanca, peatonal de O Calvario) con una charla-coloquio. Por la tarde, la presentación de la obra y firma de ejemplares tendrá lugar a las 18.00 horas en la tienda Banda Deseñada (calle Cataluña, 27).

Contaba ayer Miguelanxo Prado que Ardalén es una "metáfora poética" de unos recuerdos que fueron traídos por un viento desde el Caribe, atravesando el Atlántico, hasta las costas gallegas. "Inventeime o nome do vento, ardalén. O único idioma que dá a posibilidade do dobre sentido da palabra é o galego. Significa 'vento do outro lado do océano' e 'vento do mundo do máis alá'".

La guinda de tan enigmático fenómeno la consiguió el ilustrador hace años en un festival de cine en Costa Rica. Allí, en una conversación con una meteoróloga, supo que existían vientos que atravesaban el océano, aunque ardalén no era su nombre.

"Envioume un correo electrónico coa listaxe dos momentos nos que se producira ese vento e unha ocasión cadrou coas datas da miña historia. Ás veces, chega a Irlanda, Reino Unido ou Portugal pero nun ano da década dos 50 chegou a Galicia", rememora Prado que aprovechó esa coincidencia para desarrollarla para uno de los momentos de la novela.

La historia aunque transcurre en la época actual en Galicia supone el colofón a varias otras memorias personales de un niño huérfano durante la Guerra Civil, de un hombre que se embarca para hacer las Américas perdiendo en los 50 el contacto con su familia gallega, así como las de otras marineros con su peculiar camino de regreso a casa o hacia un misterio.

Ardalén se va tejiendo a raíz de la llegada a una aldea de una mujer, Sabela, que tras perder a su amor y su trabajo busca reafirmarse procurando la identidad familiar. Para ello, precisa encontrar datos sobre su abuelo desaparecido. A pesar de las pocas pistas, decide enfrentarse a una nada que irá entregándole historias de personajes y tiempos pasados que se mezclan y se confunden obligándola a hacer la maleta, derrotada ante la imposibilidad de rehacer su historia. Sin embargo, la fatalidad se pondrá en su camino para coser heridas y encontrar la paz".

En el terreno de la ilustración, Ardalén es un trabajo impecable, con numerosos flashbacks y momentos de ensoñación entroncados con la realidad mediante la conjugación de numerosos planos y paletas cromáticas. Prado establece en este libro, como él bien dice, un juego entre realidad y fábula con la etiqueta del realismo mágico con apuntes filosóficos. "O futuro é hipótese. O único constatable é o que xa sucedeu. O presente sempre é pasado. Vivimos ó borde do abismo entre o futuro e o pasado. Ese pasado ocorreu dun xeito pero cada un rexístrao de maneira diferente. Moitas lembranzas son falsas ou están deformadas polo que nos dixeron ou limos".