El concepto de arte se ha ido modificando a lo largo de los siglos con la irrupción de nuevas disciplinas más o menos aceptadas por distintas corrientes. En estos inicios del siglo XXI, el término precisa ser repensado para encontrar una nueva identidad. Por ello, profesores de Bellas Artes de la Universidade de Vigo invitaron a casi un centenar de artistas españoles para que definiesen arte. El resultado son unas 400 páginas de artículos e imágenes bajo el título de Arte: Diccionario ilustrado.

La obra se mostró ayer en el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (MARCO), aunque ya tiene apalabradas otras presentaciones en enero en el Museo Reina Sofía en Madrid y en el Museo de Arte Contemporánea de Barcelona (MACBA). Antes, recalará en el CGAC de Santiago (día 20 de diciembre) y el Artium de Vitoria (dia 26).

"Este libro es fruto de dos años de trabajo", explicaba ayer el coordinador y profesor de la Universidade de Vigo, Juan Fernando de Laiglesia. "El formato diccionario es el más adecuado. La palabra arte es tan compleja que tiene multiperspectivas. Cada artista que participó debía escribir su definición en 1.500 palabras y adjuntar imágenes", agregó.

Cada creador tuvo cuatro meses para elaborar su respuesta sin tener acceso a la remitida por otros. La pregunta sencilla que parecía en un inicio se tornó llena de dificultad para algunos creadores que renunciaron a participar.

Entre las definiciones recogidas, se vertebran cuatro bloques. En uno, varios artistas optaron por definir arte contando los procesos de trabajo; en otro, su discurso ha profundizado acerca de si el significado del arte está vinculado a la actualidad.

Un tercer grupo de creadores optó en su definición por responder de manera metafórica creando imágenes especiales ligadas al proceso creativo; y un cuarto aludió a los problemas del mundo contemporáneo.

El proyecto, que arrancó en el año 2009, logró la participación de 91 artistas como Menchu Lamas, Xosé Freixanes, Marina Núñez o Sánchez Castillo.

Como elemento simbólico del libro, se alzó una liebre que conecta con el modo en el que el lector debe abordar la lectura del volumen: a salto de mata. El coordinador del libro recomienda no leer la obra de forma lineal sino ir saltando de definición en definición.