"El mundo es alucinatorio y por lo tanto no podemos conocerlo. Pero sí podemos soñarlo. Toda imagen del mundo es una ficción. Cada dibujo, cada explicación del universo es tan válida como cualquiera otra". Esta reflexión de Jorge Luís Borges es para Nelson Villalobos su "biblia", su impulso de creación y, por su importancia, aparece junto a una de sus obras de la impresionante exposición que inaugura mañana (20.00 horas) en la Casa das Artes de Vigo.

El pintor cubano reúne en "Obra sobre papel e instalaciones" un abundante número de piezas realizadas desde 1995 y nunca expuestas hasta ahora. A pesar del gran tamaño de la muestra, Villalobos (Cuba, 1956) asegura que se trata de una de sus exposiciones "más íntimas" en la que ha volcado varios de sus "yo". De hecho, es como un universo que encierra varias exposiciones, un "juego" que practica habitualmente el artista afincado en Vigo en el que unos mundos encierran otros, unas historias esconden nuevas vidas, unas figuras quedan dentro y otras fuera de los límites. Siempre hay más de una mirada. "Soy artista fragmentado; ese es mi principio en el arte", afirma.

Por primera vez Villalobos expone gran parte de su obra sobre papel a lo largo de varias series. El catálogo de la muestra se centra en una de ellas realizada sobre las páginas de un antiguo libro religioso en latín. En cada una de ellas realiza un dibujo que descontextualiza el texto: máscaras aztecas, peruanas, arte egipcio, versiones de obras de pintores clásicos, mitos... figuras que se repiten a lo largo de su prolífica obra pero "siempre pasadas por mi tamiz", advierte.

Pero es una enorme instalación la que atrae primero la atención del visitante nada más entrar en la sala. Decenas de objetos encontrados por el autor a los que se unen otros manipulados por él, piedras pintadas y esculturas de barro, componen una especie de "altar poético" que gira alrededor de la idea del paso del tiempo. A su lado, cuelga una poesía que el gran poeta cubano Ángel Escobar, amigo personal del artista, escribió el 13 de febrero de 1997, un día antes de suicidarse. "Describía muy bien mi trabajo", recuerda con cariño Villalobos.

La inspiración de Oroza

También el poeta Carlos Oroza, uno de los más grandes de Galicia, tiene un espacio protagonista en la muestra, ya que Nelson le dedica una de las cinco instalaciones además de una serie de pinturas. "El mar tiene una gran presencia en esta instalación, al igual que lo tiene en la obra de Oroza", destaca el autor. En el suelo, decenas de textos del poeta "navegan" en un mar "translúcido", un concepto esencial en la obra de Oroza. "Aunque procedo de Cuba, ha sido en Vigo donde el mar se ha hecho más presente en mi obra y eso me alegra", apunta Nelson.

La exposición se extiende como una enredadera por todos los espacios de la sala: paredes, suelo, esquinas; cada espacio tiene una función. "Depende desde dónde mires, puedes tener una perspectiva diferente de las obras", sugiere Villalobos. Y también la obra mira al espectador desde dos ojos que lloran a ambos lados de la instalación central.

La muestra –que puede visitarse hasta el 15 de julio– se completa con un documental sobre el proceso de creación del artista realizado por Pablo Villalobos, su hijo, que se completará durante la propia exposición. Además, también mañana, como un brazo separado del cuerpo de la muestra, Villalobos inaugura en Detrás do Marco una selección de collages, una técnica que hasta ahora no había expuesto nunca.