No son fáciles de reconocer a no ser en intermareales de bajamar muy pronunciadas o en rocas, pero están en el medio marino de las Rías Baixas sin ir más lejos, asegura la doctora en Biología Ana García Cabado. Varias esponjas de la costa gallega –"más pequeñas y extendidas" y menos vistosas que las de las costas caribeñas o del mar Egeo– podrían contener potentes antídotos anticancerígenos. La salud llega también del mar.

Un estudio de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescado (Anfaco), en colaboración con la Xunta, confirma las propiedades antitumorales y antibacterianas de algunas especies de esponjas de mar de las costas gallegas. La responsable del área en la que se realizó el proyecto, la doctora Cabado, explica que se estudiaron hasta 15 especies de esponjas y concluyeron que hasta cuatro tipos de ellas actúan contra células cancerígenas.

Pero el proyecto ya concluyó la financiación con la que contaba –unos 118.000 euros– y actualmente está paralizada en fase de búsqueda de fondos externos. La responsable de I+D de Anfaco, Sandra Rellan, asegura que la idea es seguir trabajando con estos recursos marinos en la búsqueda de sustancias biológicamente activas. Así que buscarán financiación en instituciones públicas o empresas.

Ya existían varias investigaciones que avalaban este tipo de propiedades en invertebrados marinos, eminentemente de estrellas de mar, de aguas tropicales y templadas, pero apenas había referencias de las poblaciones en aguas frías, explican. "Había otros estudios de esponjas en otras zonas de Europa, pero aquí nos sorprendió que no se había hecho nada", asegura Ana García Cabado.

Los resultados obtenidos mostraron que algunas especies producen sustancias que a concentraciones entre 10 y 100 miligramos por mililitro son capaces de inhibir el crecimiento de células tumorales en cultivos in vitro.

Contra otros patógenos

El proyecto "aprovechamiento de esponjas y viabilidad de su cultivo para la obtención de sustancias bioactivas", desarrollado en Anfaco Cecopesca contó con financiación de la Xunta. El doctor en Veterinaria Jorge Lago fue el responsable del proyecto. Con una duración inicial de 36 meses, arrancó en 2008 y se extendió hasta finales de 2011. El presupuesto inicial fue de 118.000 euros.

Por si los resultados del estudio no fuesen sorprendentes, además, quedó demostrado que ciertos extractos que hallaron "matan" a patógenos alimentarios, como los que provocan la salmonelosis e impiden el desarrollo de algunas bacterias patógenas como "listeria" y "vibriocholerae".

En la actualidad, los investigadores trabajan en la purificación de estos extractos, con el objetivo de aislar e identificar las moléculas responsables de la actividad antibacteriana y antitumoral. "Para que una farmacéutica se interese tenemos que desarrollar más el proyecto y purificar los extractos", explicó Cabado.

Otra de las tareas que incluyen en este proyecto es el cultivo de células de esponja en fermentadores. Esto, según los investigadores, permitiría obtener compuestos sin necesidad de recolectar desde el medio natural. Así se evitaría la explotación de las poblaciones naturales de esponjas. "Procurábamos no disponer del mar y tener un cultivo in vitro hasta hacer crecer en una incubadora", explicaron.