La catedral de Santiago de Compostela no es la primera vez que sufre un ataque contra su patrimonio histórico-artístico, aunque evidentemente no de la importancia que supone el robo del Códice Calixtino de su Archivo.

A principios del siglo pasado, concretamente en el mes de mayo del año 1906, unos ladrones aprovecharon la noche para entrar por una ventana, a la que serraron los barrotes, para esconderse en el interior del templo y sin testigos, proceder al robo de varios objetos religiosos. Los bandidos entraron en la conocida como Capilla de las Reliquias y en ella se apoderaron de la célebre y valiosa Cruz de Alfonso III, así como de una imagen de Santiago Apóstol, realizada en el siglo XV y un crucifijo de plata y piedras, de ese mismo siglo.

Pese a que las autoridades de la época anunciaron una recompensa de cinco mil pesetas de aquel entonces sobre cualquier pista quellevara a los autores, nunca más supo de los objetos robado y menos de la Cruz de Alfonso III.

Este precedente no ha desanimado a los investigadores del robo del Códice Calixtino, aunque temen que el tardío descubrimiento del robo pudo haber faciltado que la joya bibliográfica esté muy lejos y en otro país.

Asalto en Oviedo

Otro procedente de robos de onras del patrimonio histórico y religioso fue el asalto a la Cámra Santa de la catedral de Oviedo el 10 de agosto de 1977. Aquel martes en la Catedral de Oviedo, un delincuente común llamado José Domínguez Saavedra, destrozó los símbolos de Asturias para malvenderlos.

La tarde del día anterior, el gallego Domínguez Saavedra logra entrar en la Catedral y se escondió en el tejado, hasta que se cierran las puertas del templo. El delincuente se descuelga desde la torre románica hasta el vestíbulo de la cámara santa. El ladrón se topa con un auténtico tesoro y para desvalijarlo permanece en la cámara santa cerca de una hora, para acto seguido huir con el botín a través de la sacristía y el claustro.

Destrozo de joyas

Pensando en su venta, Domínguez Saavedra no duda en destrozar la Cruz de los Angeles, la Cruz de la Victoria y el cofre de ágatas, consideradas como unos de los tesoros de orfebrería más importantes y significativos del mundo. Las connotaciones culturales, políticas y religiosas se unen en estos símbolos de Asturias a su valor histórico-artístico como piezas del máximo relieve en el prerrománico europeo.

Al igual que ha sucedido ahora en Santiago, el robo fue descubierto al día siguiente. En el caso de Oviedo fueron las mujeres de la limpieza a primera hora del martes, quienes dieron la voz de alarma y avisaron al entonces arzobispo Gabino Díaz Merchán. Al día siguiente la noticia acapara las portadas de la prensa nacional que se refieren al suceso como "El robo del siglo" o "Un robo a España entera".

El historiador Javier Fernández Conde consideró ayer probable que el códice robado en la catedral de Santiago de Compostela llegue a ser recuperado como sucedió con los símbolos de Asturias, que tuvieron que ser profusamente restaurados. La joyas tuvieron que ser restauradas por los destrozos causados por el ladrón gallego.