La musa de la vanguardia rusa Lilya Brik se suicidó en 1978, dos años después de la primera edición de Con pólvora e magnolias. Su imagen de perfil con una pañueleta en la cabeza gritando en 1924 ha dado la vuelta al mundo. Primero, gracias al cartel del constructivista Rodchenko; posteriormente reinventada en una de las portadas del grupo Franz Ferdinand. La última versión se ofrece abriendo el libro, edición bilingüe gallego-castellano, “X.L. Méndez Ferrín. Poesía fundamental. 1976-2005” (Calambur). En ella, el Photoshop ha hecho que Lilya Brik grite FERRIN, con mayúsculas incluidas.

“Hacía ya algún tiempo -explica Ferrín- que la editorial Calambur tenía la idea de este libro y yo acepté la propuesta con mucho gusto. Xosé Manuel Outeiriño y Eloísa Otero más Antonio Gamoneda estuvieron también muy activos en esa idea”.

-En cuanto a la selección de las obras en esta recopilación en castellano y gallego, ¿echa de menos alguna?

-Yo los dejé en paz a ese respecto; no quise hacer una edición completa de mis poesías porque pienso que aún no están completas y espero que tarden mucho tiempo en estarlo.

-En una pequeña introducción de la editorial, lo tratan de “escritor de culto”. ¿Son palabras que provocan rubor o le expanden el alma?

-Ninguna de las dos cosas. Escritor de culto es uno que tiene algunos seguidores que son especialmente fieles. Pero creo que en esto existe el politeísmo. Yo le rindo culto a muchos autores. En todo caso, a mí me alegra que haya algunos lectores que me sigan.

-Gamoneda rememora cómo lo conoció a usted a través del poema “Roi Xordo” cuando lo leyó en gallego, sintiendo un “impulso pasional”. ¿Cree que ese es un poder de todas las lenguas o en especial del gallego?

-No creo que nuestro idioma (la entrevista con Ferrín fue realizada en gallego y el autor exige que se aclare) tenga un algo especial. Gamoneda es un leonés; por lo tanto, siente al igual que José María Merino o la propia Eloísa Otero su proximidad más a Galicia que a Castilla. Es lo que Mateo Díaz llama cultura del noroeste, lo de poder escribir en castellano “tojo” es para ellos muy importante. Nadie en la Meseta sabe lo que es un tojo. Esa llamada a lo ancestral que tienen los leoneses hizo que Gamoneda se fijase en la poesía gallega del siglo XX.

-¿Cómo empezaron a tener contacto con él? Usted incluso ha llegado a llamarlo “irmán”.

-A mí, me gusta tanto lo que hace que, a veces, me daría gusto soñar que yo escribí algún poema de Gamoneda. Hay una cierta simpatía mutua. Nos conocemos desde la revista “Claraboya” de los años 60 en León.

-Se cumplen 35 años de Con pólvora e magnolias, poemario que abre el libro de Calambur. ¿Puede echar la vista atrás?

-Lo recuerdo perfectamente. Era el año 1976. No conseguí ningún editor; fue rechazado por todos. Tenía un diseño de Luís Mariño, lo edité y lo distribuí con él; era una edición de autor. No tuvo ninguna repercusión mediática; no hubo críticas; sin embargo, se agotaron rápidamente dos o tres ediciones. Ese fue el fenómeno. Tuvo más repercusión de la que yo podía pensar.

-Leyéndolo ahora, ¿cambiaría algo, cargaría más tinta?

-Hay que resistirse. Yo soy de los que no reescribo nada. Lo que está escrito, debe permanecer tal cual se escribió.

-En el poema “Irlanda” cantaba a un Derry libre (ceibe). Días atrás, se registraron disturbios en Belfast.

-El proceso de paz es muy lento y en Irlanda no fue una rendición de las fuerzas independentistas y republicanas. Fue un alto el fuego para seguir discutiendo condiciones de incorporar Irlanda del Norte a la República. Las voces que quieren romper el proceso son, principalmente, las unionistas, los ingleses. Les molesta la paz. Pasa parecido en muchos lugares.

-En España...

-Es distinto.

-¿Piensa que hay que dar tanta importancia a la retirada de la imagen del rey en el consistorio de Donosti?

-Desde luego no me produce ninguna molestia; todo lo contrario.

-El poema “Contra Maquilero” arremete contra la usura del siglo pasado pero sigue vigente.

-En estos momentos, la locura es la banca, producto de la usura. Con la crisis, están intentando una reaparición del esclavismo, aparentemente.

-En las últimas semanas, se solicitó a la RAG, mayor presencia femenina. ¿Qué opina?

-No tengo comentarios.

-Última cuestión, ¿sintió dolor existencial alguna vez por no parir literatura?

-No, al contrario. Al no necesitar escribir para vivir, siempre me permití una situación de amateur, de persona que está fuera del sistema. Eso fue cuando era joven y ahora mucho más. Nunca escribí mucho y ahora de mayor quizás sí tenga un poco más de prisa porque se me acaba el tiempo. Tal vez escriba más ahora pero de manera privada, no tengo prisa ninguna en publicar.