Un último gesto para ayudar a los demás. Dejar parte de la herencia a una ONG es algo común en los países anglosajones y que, cada vez, gana más adeptos en España. Pese a que de momento solo uno de cada diez testamentos son solidarios, en los últimos cinco años, el volumen de este tipo de documentos aumentó un 150%. En Galicia, un total de once ciudadanos decidieron legar parte de su patrimonio a entidades de acción social entre 2005 y 2009, según los últimos datos de Intermón Oxfam, una de las veintiuna entidades que colaboran en la campaña ¿Firmarías por dejar un mundo mejor?, presentada la pasada semana con el objetivo de fomentar este tipo de legados en todo el país.

Los testamentos solidarios se gestionan igual que uno tradicional y no perjudican a los herederos. El Código Civil divide cualquier herencia –al margen de los derechos forales de las comunidades autónomas– en tres partes: el tercio de legítima (se reparte entre hijos a partes iguales); el de mejora (el testador puede beneficiar a unos descendientes sobre otros); y el de libre disposición. "Es sobre este último tercio en dónde una persona puede decidir legar parte a una ONG o a varias", sostiene el director de Intermón Oxfam en Galicia, José Luis Quintela, quien añade: "Cada hay vez hay más gente concienciada con ayudar a los demás. Solo en nuestra entidad, el volumen de consultas sobre este tipo de legados ha aumentado un 33%".

El perfil de quienes aportan su granito de arena a una ONG a través del testamento es el de una mujer, de clase media, de entre 65 y 85 años, que colabora habitualmente con una entidad. "Hay de todo, pero lo más normal es que quienes hacen legado solidario sean personas sensibilizadas con la labor de una entidad, que conocen las actividades que realizan y que ya colaboraban de algún modo con ellas", resalta Quintela.

Las motivaciones varían en cada caso. "He testado a favor de Fundación ANAR porque me duele ver sufrir a un niño. Si queremos un mundo mejor hay que ayudarles, porque son los más desprotegidos y los más vulnerables", relata Beatriz García. "Incluí a Entreculturas en mi testamento y cada día estoy más satisfecho de mi actuación pues me deja muy tranquila saber que, gracias a mi granito de arena, aún cuando ya no esté, alguien se preocupará de garantizar el derecho a la educación en todo el mundo", añade Luis Martín. "Mi tía Montserrat pensaba que ayudar a la gente era lo más eficaz que se podía hacer", sostiene Frances Roura, cuyo familiar legó parte de su herencia a Intermón Oxfam.

A la hora de realizar los trámites para un testamento de este tipo basta con informarse en alguna entidad social y acudir a una de las notarías que colaboran con esta campaña de legados solidarios, 25 en el caso de Galicia. Lo importante es contribuir y la cuantía es lo de menos. "Cada persona puede legar lo que estime oportuno, no tiene porqué tratarse de grandes cantidades de dinero", señala José Luis Quintela, quien resalta: "Se puede dejar parte de la herencia a una sola ONG o a varias, pero lo habitual es que se cite una entidad concreta, no que se destine, por ejemplo, a algo general como "ayudar a los niños del mundo".

Quintela afirma que la clave es querer ayudar, da igual a quien. "No hace falta que las donaciones sean a grandes entidades, en la ciudad hay múltiples formas de ayudar a los demás como, por ejemplo, colaborando con la cocina económica", indica y anima a apostar más por esta solidaridad postmortem.