MÚSICA

"Un Colt 45 cuelga de mi cama"

El cantante estadounidense, renovador del folk norteamericano desde la vanguardia, actúa mañana de nuevo en Vigo, ciudad en la que ha actuado varias veces y donde cuenta con numerosos fans.

"Un Colt 45 cuelga de mi cama"

"Un Colt 45 cuelga de mi cama"

Rafa López

Desde su debut en 2004 con "Micah P. Hinson and the Gospel of Progress", que figuró en varias listas de "mejores discos" de aquel año, el músico texano no ha parado de crecer en prestigio y feligresía. Vigo ha sido testigo de su escalada, desde el escenario alternativo del desaparecido Vademecwm hasta la sala Mondo, donde volverá mañana (22.00 horas) acompañado de un grupo de altura, los zaragozanos Tachenko. Con ellos interpretará sus mejores temas y presentará su último álbum, titulado "Micah P. Hinson And The Pioneers Saboteurs" (2010).

Tras dejar atrás un pasado de drogas, cárcel, pobreza y vida seminómada, el cantante y compositor estadounidense, de 29 años, ha sentado la cabeza junto a su esposa, quien además ejerce como su fotógrafa oficial. Como recuerda Hinson, esta vez no actuará solo, sino que contará con una banda de acompañamiento, a los que alude por sus apodos: "Serán ´El Guapo´ (Sergio Vinadé), ´His Royal Dudeness´, ´El Gurú´ y ´Manostijeras´ –enumera–. Batería, tres guitarras, bajo, tres voces y un piano que tocará mi bella esposa, Ashley Bryn. Me gusta tocar en solitario, lo encuentro mucho más personal, pero estar en el escenario con una banda de esta naturaleza, y tanta brillantez, es una bendición".

–El del sábado será tu sexto concierto en Vigo. ¿Qué recuerdos tienes de tu última actuación en la ciudad, el pasado 12 de junio? Tuviste ciertos problemas para afinar tu guitarra...

–Tengo pocos recuerdos de muchos conciertos, no te lo tomes como algo personal. He recorrido este gran país tantas veces... Pero sí, seguro que he tenido problemas con la afinación de la guitarra. Me patrocina guitarras Airplane, y las toco muy fuerte, como si mi principal objetivo fuera destruirlas, por lo que se desajustan. Son guitarras increíbles. Siempre resulta divertido cuando la audiencia se enfada porque un músico ajusta su instrumento: ¿Prefieren escuchar todas las canciones desafinadas? Dudo que sea así. Un atajo de locos tocando desafinados suena como mi visión personal del infierno.

–Qué tiene de especial esa guitarra acústica Parlor Seagull que tocas?

–Es diminuta. Una de mis mejores amigas. Se toca como a una hermosa mujer. Canta con la pureza de una diosa. Tengo la suerte de que me patrocinen Seagull y Airline. Las mejores acústicas y las mejores eléctricas. Soy una persona muy afortunada.

–Por cierto, ¿cómo está tu espalda? ¿Todavía tienes que tomar pastillas constantemente para aliviar el dolor?

–Todo el día tomo mi medicina. Los doctores me dicen que, en este punto, no pueden hacer nada médicamente por mí. La profesión médica tendrá que ponerse al día con mi columna antes de poder hacer algo. Así que, por ahora, me prescriben una colección multicolor de pastillas y hago lo que puedo para vivir el día a día sin volverme loco. Pero intento no quejarme, ya que hay personas en este mundo que lo tienen mucho peor que yo. Estoy agradecido de que tengo ojos. Estoy agradecido de que tengo manos. Piernas. Una voz. Orejas. Dedos... Tengo la suerte de tener todas estas cosas.

–En Vigo apareciste sobre el escenario con la frase "esta máquina mata fascistas" escrita en la caja de tu guitarra acústica, como Woody Guthrie. ¿Es él uno de tus héroes, musical e ideológicamente?

–No, yo no diría que es uno de mis héroes. Bueno, tal vez en su visión de Estados Unidos. Últimamente me he sumergido en su música, su vida y sus escritos. Era un americano de verdad, hasta los huesos. Vi una foto de él con esa frase en su guitarra y pensé, "demonios, las cosas no son muy diferentes ahora a cuando él luchaba contra eso hace tantos años". Creo en la Libertad [lo escribe con mayúsculas] de todos los hombres, mujeres y niños. Así que sí, mi máquina matará a todos los fascistas que se encuentre. Sin remordimiento ni pena.

–En internet se puede leer que consideras al presidente Obama "el asesino" del sueño americano. ¿Es cierto?

–Considero muy importante que mis compatriotas expresen su opinión sobre esta materia. Han hablado. Y alto.

–En una de tus fotos promocionales [en esta página] apareces junto a una mujer desnuda que sostiene un revólver. Se ha escrito que naciste el mismo día del intento de asesinato de Ronald Reagan, el 30 de marzo de 1981, aunque lo has negado. ¿Apoyas leyes más estrictas de control de armas en tu país?

–No, no nací en esa fecha. Ocurrió otra cosa importante en mi vida en ese día, pero no fue mi nacimiento. Poseo un Colt 45 que cuelga de mi cama. [Aquí Micah P. Hinson puede estar jugando con los dobles sentidos, ya que "Colt 45", además de una pistola, es una marca de licor de malta que se vende en Norteamérica]

–Durante tu infancia en Memphis y en Texas, ¿escuchabas mucho country y folk en casa de tus padres? ¿Te gustaba o lo odiabas?

–En realidad no. Mi papá estaba trabajando para llegar a ser médico. Y mi mamá estaba muy ocupada criándonos. Así que, aparte de John Denver y Neil Diamond, en nuestra casa no se oía mucho. No fue hasta que empecé a encontrar a The Cure y a The Pixies cuando realmente comencé a escuchar lo que iba a cambiar mi vida, a hacerme ver las cosas un poco diferente. Nunca había querido tocar instrumentos acústicos. Estaba obsesionado por tocar a gran volumen y sonar épico. No fue hasta que pasé una mala época y cambié la metanfetamina por una guitarra clásica vieja y baqueteada cuando empecé a trabajar con canciones y arreglos acústicos. Eché a andar por este sendero folk. Pero no he seguido a nadie: ni a Dylan, ni a Peter, Paul and Mary, a ninguno. Supongo que convertí lo que yo escuchaba en mi propia forma de folk. Al fin y al cabo, ¿no es esa la definición más real de folk?

–¿Fueron entonces los Pixies el primer grupo alternativo que te impactó de adolescente?

–Uno de los primeros. También The Cure, Teenage Fanclub, Ministry, Nine Inch Nails, Skinny Puppy...

–Comenzaste a grabar maquetas con la esperanza de que en el futuro se convirtieran en álbumes o solamente por placer?

–Supongo que quería hacer discos a mayor escala, como ahora. Pero no nunca hice nada para intentar que eso ocurries. Nunca envié maquetas a sellos. Simplemente escribía. Imagino que alguien sabía que algo de esto funcionaría para mí y me dio este talento para componer canciones. Pero no estoy seguro de dónde vienen las canciones. Tomaré prestado algo de Woody [Guthrie] otra vez. Simplemente soy una radio.

–Haber pasado "tiempos duros" en el pasado te ha ayudado a escribir mejores canciones, más sentidas?

–Las dificultades son diferentes para cada persona. No creo que sea necesario pasarlas, pero ayuda. Te dan una nueva perspectiva, una en la que sólo puedes salvar tu vida. Nadie lo hará por ti. Ningún Dios lo hará por ti. La vida es solo un camino, y nosotros, como humanos, debemos encontrar cosa para que esa senda sea o más despejada o más corta.

–La prensa te ha descrito como una especie de Bukowski, un cantautor autodestructivo que descarga sus experiencias dolorosas en sus canciones. ¿Cuánto de verdad hay en esto?

–No estoy seguro. Soy un músico. Me he colocado en lugares difíciles. No estoy seguro de que esté tan loco como él lo estaba. Y tampoco sé si Bukowski estaba tan loco como le hacía creer a la gente. El arte sirve para esconderse tras él. Pero si quieren compararme con Bukowski, no me importa. Él habló La Verdad. Y eso es lo que busco.

–¿De qué trata tu primera novela corta, "No voy a salir de aquí"? ¿Está basada en tu propia vida?

–Trata simplemente de un hombre que se convierte en un muchacho. Está claro que debo escribir de algo que sé, pero no, no es mi vida textualmente. Ni siquiera se acerca. Es ficción, simple ficción.

–Europa, y España especialmente, te han acogido muy calurosamente a ti y a tu música. ¿Te gustaría establecerte en Europa con tu familia?

–Me lo he planteado. He viajado mucho, mirando aquí y allá, pensando si podría disfrutar de ciertos lugares. Pero amo tanto Texas... Está en mis venas. Supone una parte grande y ominosa de mi vida. No estoy seguro de lo que hacer. Pero si tuviera que mudarme a otro lugar, sería en un pueblo de España. Creo que la gente y el paisaje, en algunos lugares, son muy similares. Y la gente es muy agradable. Los tejanos son amables, se quitarían la camisa para ayudar a un extraño. Texas es una hermosa, extraña y salvaje tierra de locos, genios y tramposos.

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