El cambio de hora de cara a la inminente llegada del invierno puede afectar al sistema nervioso central y provocar alteraciones del sueño, tales como el insomnio o el cansancio por las mañanas, así como estados de irritabilidad o depresión. Así lo explica José Manuel Sánchez Torres, médico de familia del Hospital Sagrado Corazón de Sevilla.

El verdadero motivo de este cambio de hora es el ahorro energético que se consigue al hacer coincidir las horas de sol con los momentos de mayor actividad. Según los expertos, los que más sufren este cambio son los ancianos y los niños, aunque afortunadamente se trata de síntomas leves y pasajeros a los que el cuerpo humano termina por adaptarse sin mayores consecuencias.

Este cambio estacional y de horario es para algunos más llevadero que el realizado en primavera, ya que en esta ocasión el reloj se atrasa "y dormimos una hora más". Lo peor, "que los días son más cortos". En efecto, siete de cada 10 españoles reconocen sentirse más tristes con la llegada del invierno.

Un 30 por ciento de la población tiene al menos alguna de las manifestaciones propias del insomnio, aunque el insomnio crónico afecta sólo al 10 por ciento de la población, según la última Guía de Práctica Clínica del Insomnio en Atención Primaria.

Según una reciente encuesta realizada por INFITO a 1.000 españoles, uno de cada cuatro españoles duerme peor que el año pasado y uno de cada cinco lo achaca a los problemas laborales y el miedo al paro. El 51 por ciento de la población dice 'dormir igual' y un 12 por ciento reconoce 'dormir mejor'.

Según cálculos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del Ministerio de Industria, el potencial de ahorro en iluminación en España puede llegar a representar un 5 por ciento de consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.