El torero Julio Aparicio, de 41 años, salió ayer del hospital, dos semanas después de la espeluznante cornada que sufrió en Las Ventas, con muy buen aspecto, el gesto serio, y sin hablar. No obstante, esbozaba una sonrisa de satisfacción que acompañaba de un comentario por lo bajini: «Gracias a Dios».

Aparicio se dirigió a una multitud de periodistas que le esperaban en la puerta del Hospital 12 de Octubre de Madrid, sólo a través de gestos, y con dos escuetas frases: "Muy ilusionado" (cuando le preguntaron si lo estaba con la idea de volver a torear nuevamente) y "era difícil, pero ya lo podéis ver" (al recordarle que los médicos han dicho que lo suyo es un milagro).

No habló más. En los dos minutos que duró el encuentro con los periodistas, fue su banderillero Rafael González quien atendió las preguntas. Aparicio sólo asentía y, con elocuentes ademanes, abrazó a todos, hizo el signo de la victoria y alzó el pulgar de la mano derecha, al tiempo que guiñaba un ojo.

Tres minutos antes de aparecer por la puerta, la agencia Efe obtuvo una breve entrevista exclusiva en los pasillos del hospital. El torero se adelantó con una confesión y una pregunta:

–No sé cómo puedo aguantar tanta emoción. ¿Verdad que ha tenido esto mucha transcendencia a nivel mundial?

– Sí, Julio, no te puedes imaginar. De todos los países se han interesado

–¿Y... con respeto?

– Sí, con mucho respeto. Lo han hecho muy bien.

–Pero ahora ya no puedo hablar. ¿Por qué no dices tú, que eres amigo, a tus compañeros que están ahí afuera que me perdonen, que otro día? Y que muchas gracias, ¿eh?

– Hombre, Julio, algo hay que decir.

– Sí, es verdad, pero no puedo, mira cómo voy.

Aparicio se señala el cuello. Aunque no se le nota nada. Absolutamente ningún signo externo del percance, disimulados los apósitos de la herida con un pañuelo a modo de corbata ancha, una prenda muy torera en el vértice abierto de una elegante chaqueta.

–¿Y ahí quién hay, cuánta gente está?

–Pues como en la Puerta Grande. Hay más cámaras y micrófonos que en una salida a hombros de Las Ventas. Y gente que quiere saber de ti y sacarte a hombros. Julio, la gente te quiere mucho.

–Es verdad. Así que vamos "palante". Hay que sonreírles, a ellos y a la vida.

–¿Tienes muchas palabras de agradecimiento para muchas personas?

–No te puedes imaginar. A muchos, muchísimos. A todos. A Dios el primero.

En ese momento, se abrió la puerta que da a la calle. Un aplauso y revuelo de preguntas. Aparicio permaneció unos segundos mirando a todos. Y fue cuando utilizó la mímica de los gestos para responder a las preguntas. Hubiera sido imposible con tanto ruido hacerse escuchar.

Tomó la palabra el banderillero González para advertir: "El maestro no pude hablar. No tiene todavía capacidad para hablar. Va a decir gracias nada más". Alguien entre los presentes apuntó: "Ahora al campo. Estamos anunciados en muchas ferias: en Burgos, en Alicante...". Y Aparicio asintió, moviendo ligeramente la cabeza.

Inmediatamente retomó su monólogo el banderillero, sin esperar más preguntas. "Como no puede hablar, me ha pedido que os transmita el agradecimiento por el interés que os habéis tomado por la mejoría y por el estado físico y anímico del matador. Os agradece mucho todo este interés de quince días seguidos. También me ha comentado, y podéis verlo, que tanto su estado físico como anímico es extraordinario. Evidentemente las heridas ahora hay que sanarlas, hay que curarlas. No se sabe cuál será el tiempo de recuperación", insistió el banderillero.

"Pero sí se sabe que el maestro va a estar haciendo temporada este año y recuperando la senda tanto de Nimes como de Castellón como de muchos otros triunfos que ya llevaba esta temporada. Reiteraros el agradecimiento y, por supuesto, que este año al maestro Aparicio lo vamos a volver a ver torear, sin ninguna duda", finalizó Gonzalez.

En ese momento, el torero y sus acompañantes se abrieron paso entre aplausos para subir al todoterreno que conducía su mozo de espadas, José Francisco García "Niño de Las Ventas". El diestro abandonaba el hospital 12 de Octubre tras recibir el alta hospitalaria, según los médicos debido a "la buena evolución" del traumatismo cervicofacial que le provocó la cogida del pasado 21 de mayo en Las Ventas, y tras superar "la complicación respiratoria que obligó al reingreso" en la UCI el 27 de mayo.