El Ministerio de Igualdad propone vetar los cuentos "sexistas" en los colegios y cambiar estas lecturas por otros libros que fomenten la igualdad entre niños y niñas. Para el departamento que dirige Bibiana Aído, el Instituto de la Mujer y el sindicato FETE-UGT, responsables de la campaña "Educando en igualdad" dirigida a escolares de Primaria, clásicos como "Blancanieves", "Cenicienta" y "La bella durmiente", "joyas" de la factoría de Walt Disney, perpetúan los estereotipos tradicionalmente impuestos a hombres y mujeres, al presentar a los primeros como personas resueltas y presentar a las segundas "en una situación pasiva".

La intención de Igualdad de suprimir estos cuentos clásicos en las aulas, suscita reacciones encontradas entre representantes de padres de alumnos, psicólogos, escritores y sindicalistas gallegos, aunque todos coinciden en señalar que las historias sobre príncipes azules que salvan a princesas desvalidas están trasnochadas y que los cuentos actuales presentan –"afortunadamente", subrayan– una imagen muy distinta de hombres y mujeres.

Rosa Fontaíña, presidenta de la Red de Mujeres Vecinais contra los Malos Tratos de Vigo, se muestra a favor de que se retiren este tipo de lecturas de los colegios y recuerda que este colectivo lleva años trabajando en centros educativos empleando este tipo de cuentos como un ejemplo de la perpetuación de la desigualdad entre sexos.

"Son historias que los niños leen desde pequeños y que de alguna manera van conformando su personalidad", explica Fontaíña, para quien otro aspecto que influye mucho en la percepción que el niño se hace de la realidad son los juegos y juguetes, en los que también incide la campaña de Igualdad. "Todavía vas a comprar un juguete para un niño de cuatro años y te preguntan si es niño o niña", se lamenta la presidenta de la Red contra los Malos Tratos, que añade que la educación en valores también es responsabilidad de los padres.

Elena Rodríguez, responsable del departamento de Igualdade de CC OO en Vigo, todas las medidas que se adopten para conseguir la igualdad entre sexos son positivas, aunque entiende que hay otras acciones más efectivas en este sentido. "Creemos que hay que educar en conjunto y explicar que, aunque fisiológicamente somos distintos, en el mundo social somos iguales", sostiene la sindicalista.

En opinión de Rodríguez, aunque el contenido sexista de muchos cuentos clásicos es obvio, su veto no es la solución más acertada. "No podemos barrer todo lo del pasado. Estos cuentos forman parte de nuestra vida y deben de seguir existiendo, y saber explicar al niño que la realidad no es así", plantea.

El escritor de literatura infantil y profesor Antonio García Teijeiro defiende que los niños lean libros que fomenten la igualdad entre los sexos, aunque se muestra contario a que se suprima ningún cuento. "Soy el primero que está de acuerdo en que se elimine la literatura sexista, que afortunadamente hoy no se hace, pero siempre he sido contrario a las prohibiciones", afirma. El escritor considera que sería un error eliminar los clásicos en las aulas porque pertenecen al patrimonio cultural tradicional. "Forman parte de toda una tradición popular y su contenido responde a una determinada época. Pero de todos se pueden sacar distintas lecturas, por eso creo que deben seguir existiendo ", opina el escritor.

Marilar Aleixandre ha utilizado el cuento "Blancanieves" en varios de sus libros, como en "Chave de ponte, chave de carballo", incluido dentro de "O trasno de Alqueidón" (Xerais, 1996), donde una niña que se encuentra con una salamandra rechaza la manzana que le ofrece el anfibio porque no quiere acabar como Blancanieves, quedándose dormida primero y "cocinar, barrer y fregar" para los siete enanitos. "La mayoría de los cuentos clásicos presentan una imagen de la mujer pasiva e historias como la de Blancanieves son claramente sexistas. Sin embargo, se pueden reinterpretar –de hecho hay versiones actuales que invirten los papeles– con ironía y sentido del humor".

La escritora tampoco es partidaria de que se supriman estos cuentos:"No me gusta vetar, aunque sí que son necesarias acciones que pongan a disposición de los niños y de las niñas historias más variadas, en las que la mujer aparece haciendo de todo".

Aleixandre, profesora de Didáctica de Ciencias y Educación Ambiental en la Facultad de Educación de la Universidad de Santiago de Compostela, reconoce que, aunque se ha avanzado mucho en el plano de la igualdad, continúa habiendo carreras eminentemente masculinas y otras femeninas, lo que constata que chicos y chicas siguen asumiendo los papeles preestablecidos. "En los noventa hicimos un estudio entre niños y los resultados cruzados fueron aún más asombrosos porque si la niña quería ser profesora, al preguntarle qué sería si fuese hombre contestaba que astronauta", recuerda.

Para Virgilio Gantes, presidente de la Confederación de ANPA de centros públicos (CONFAPA), los argumentos referentes a los clásicos son una evidencia que no aporta nada nuevo. "Siempre se pensó que estos cuentos eran sexistas", declara Gantes, que añade: "La educación en la igualdad viene dada por toda la sociedad: la familia, el colegio, la publicidad". El presidente de la CONFAPA no ve un lenguaje genérico en el material escolar. "Hace unos años recibimos reclamaciones pidiendo el cambio de algunos textos pero en la actualidad no tenemos ese tipo de quejas", asegura.

Mónica Touza, presidenta de la Federación Olívica de Nais e Pais de Alumnos (FOANPAS), considera a título personal que los cuentos clásicos "son de toda la vida y que hoy, se saca todo de contexto". "¿Si los libros son sexistas? Eso depende de los ojos con los que quieras ver su contenido", opina, y añade: "Estas historias son un reflejo de una época ya pasada". Respecto al lenguaje "pretendidamente genérico" de los libros de texto que, según el ministerio de Igualdad, "invisibiliza al género femenino" y que es otro aspecto en el que incide la campaña, Touza opina que es un juicio "exagerado". "El género neutro no se puede utilizar en muchos casos", manifiesta.

El psicólogo clínico Alejandro Torres está de acuerdo con el ministerio en que "Blancanieves" y "La Cenicienta" son sexistas. "Lo son desde el punto de vista de la igualdad y el feminismo ya que estos cuentos desarrollan roles tradicionales y los promocionan", argumenta. Sin embargo, Torres precisa que los libros infantiles son modelos exteriores.

"Lo primordial para fomentar la igualdad radica en los papeles familiares, no en los cuentos ni en la televisión". Y según el psicólogo, el lenguaje genérico no relega a la mujer, ésta viene anulada en las relaciones. "Carece de sentido cambiar las palabras para referirse al género femenino si no se respeta a la mujer en los vínculos personales", puntualiza.