La edad de un alumno no siempre es una pista para saber en qué curso se encuentra. Casi la mitad de los estudiantes gallegos (el 42%) finaliza Secundaria con más de 16 años –edad a la que deberían graduarse– porque han tenido que repetir. Pero también se da el fenómeno contrario, quienes adelantan curso porque su capacidad intelectual supera a la media. Una situación en la que ya se encuentran más de 230 niños de toda Galicia.

La opción de saltar curso sólo está disponible para unos pocos: aquellos alumnos con alta capacidad o superdotados, cuyo coeficiente intelectual supera los 130 puntos –cuando lo habitual es tener cien–, con un alto grado de dedicación a las tareas y con grandes dosis de creatividad. Los técnicos de la Consellería de Educación detectaron el pasado curso a 259 alumnos con estas características pero tan sólo 38 abandonaron este año a sus antiguos compañeros para ir a clase con quienes tienen un año más. La razón hay que buscarla en que para los psicólogos esta medida tiene más inconvenientes que ventajas.

"Los test de inteligencia sólo miden una parte del funcionamiento intelectual del niño pero no tiene en cuenta otros aspectos. A la hora de plantearse cambiar al alumno de curso hay que analizar su evolución global, el nivel de maduración...", señala Manuel Castro Bouzas, miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia, quien añade: "La diferencia emocional que va a apreciar con el resto de compañeros es muy importante, especialmente, a edades muy tempranas cuando hasta se distingue entre la madurez de quienes nacen en enero y en diciembre". Precisamente es en las etapas de Educación Infantil y Primaria donde se concentran la mayoría de los adelantos en la comunidad gallega. En el recién estrenado curso hay 32 alumnos de Primaria que avanzaron un año y otros seis hicieron lo propio en Infantil.

Desde la Xunta matizan, sin embargo, que adelantar de curso suele ser la última opción. "Hay niños superdotados que no precisan este cambio porque se adaptan perfectamente al nivel en el que se encuentran", indican. Lo habitual cuando un profesor detecta una gran capacidad de iniciativa o creatividad en algún alumno es iniciar una adaptación curricular. El docente le asigna más tareas que al resto de sus compañeros y le introduce temario de cursos superiores para que el estudiante pueda ampliar su formación sin abandonar a los compañeros de su misma edad.

Pero no todos los estudiantes responden del mismo modo. Hay pequeños superdotados que precisan de más estímulos y que, "para evitar que se produzca un caso de fracaso escolar", se les anima a cambiar de curso. Esto suele ocurrir cuando el niño supera todos los contenidos de la adaptación curricular. Entonces, el servicio de orientación del colegio –siempre que los padres estén de acuerdo– emitirá un informe psicopedagógico que justifique que el niño precisa adelantar curso porque ya tiene todos o gran parte de los contenidos del nivel superior superados.

Pese a todo, la Xunta sólo permite que los niños con altas capacidades intelectuales adelanten un curso ya que tienen que incorporarse a una clase en la que el resto de alumnos son más mayores. España tampoco dispone de colegios especiales para este tipo de niños, como ocurre en otros países europeos donde hay colegios específicos en los que sólo se permite matricular a alumnos de alta capacidad.

Colección de suspensos

Pero cuando se piensa en un alumno que no va en el curso que le corresponde, lo primero que viene a la cabeza –por ser lo más habitual– es que una colección de suspensos le ha obligado a dar los mismos contenidos por segundo año consecutivo. Este curso 2009-10, un 15,6% de los alumnos matriculados en ESO y el 13,8% de Bachillerato tienen que repetir por no haber alcanzado los mínimos académicos exigidos en cada nivel.

La cifra puede parecer excesiva –14.226 alumnos no lograron pasar de curso este año– pero es positiva si se compara con quienes tenían alguna asignatura pendiente para septiembre. Siete de cada diez estudiantes de Bachillerato en la comunidad gallega tuvieron que hacer algún examen de recuperación el mes pasado, lo mismo que ocurrió con casi el 60% del alumnado de Secundaria. Sin embargo, una vez pasadas las pruebas, los datos de la Consellería de Educación revelan que sólo tres de cada diez alumnos de ESO que fue a septiembre está repitiendo, un porcentaje que baja al 20% al hablar de Bachillerato.

¿Por qué si la mayoría de los alumnos tiene asignaturas suspensas para septiembre, son pocos los que no superan el curso? ¿Es cierto que los profesores abren la mano en septiembre? Los docentes gallegos rechazan esta afirmación aunque reconocen que sí tienen cierta consideración con algunos alumnos, aquellos a los que denominan "recuperables". "Hay determinados estudiantes que aunque tienen algunas materias para septiembre sabemos que son recuperables, que no van a tener problemas y por tanto, si en alguna asignatura le falta madurar alguna noción, puede haber la posibilidad de darle alguna ayuda porque confiamos en su recuperación", señala del presidente de la Asociación de Directores de Secundaria de Galicia, José Ángel Suárez, quien añade: "Evidentemente cuando tenemos a un alumno que tiene más del 60% de las materias para septiembre es muy difícil que el resultado sea positivo".

En esta línea, Suárez reconoce que las pruebas de septiembre sólo tienen sentido para ese porcentaje de alumnos que son "recuperables". "Es evidente que para que estos exámenes tengan una razón de ser hay que dar un tiempo para que los jóvenes se preparen la asignatura. No se pueden convocar unas pruebas con sólo dos o tres semanas de estudio porque si no pudieron estudiarlo en el curso, en ese periodo, es difícil", señala.

A la hora de justificar porqué los alumnos repetidores son más comunes en Secundaria que en Bachillerato, este docente lo tiene claro: ESO es una etapa educativa obligatoria mientras que a Bachillerato ya van quienes están interesados en continuar su formación académica ya sea en la universidad o en un ciclo superior de FP.

Repetidores y superdotados que saltan curso son la excepción a la regla. Ajenos a su edad estudian con compañeros más pequeños o a quienes llevan varios años por ‘exigencias’ del guión académico.