La falta de transparencia sobre los datos del sida en China, donde hay 640.000 portadores actualmente, según Pekín, y más de 6 millones según las Organizaciones No Gubernamentales, hace temer a los expertos una explosión sanitaria con la ignorancia como detonante.

Sin que oficialmente sea reconocida como una situación de emergencia, la Organización Mundial de la Salud no otorga el derecho a la fabricación de antirretrovirales sin infringir la patente de las farmacéuticas, solución que aplican algunos países en desarrollo.

Las "estimaciones" oficiales, en cuyo cálculo participaron la OMS y ONUSIDA, redujeron la cifra inicial de 800.000 afectados, pero los portadores probados en 2006 (185.000) aumentaron en un 30 por ciento con respecto a 2005 por el incremento de las pruebas.

En las zonas rurales, la detección por análisis de sangre es en la práctica inexistente pues oficialmente se considera que la enfermedad sólo afecta a homosexuales, drogadictos y prostitutas con el agravante de que su descubrimiento significa discriminación.