"Me interesa mucho este mercado", dijo a Efe Guerra, que esta noche actúa en el Madison Square Garden, donde buscará abrir nuevas puertas con "Medicine for my Soul", la versión en inglés de "La llave de mi corazón", y con la bachata "Something Good", que canta a dúo con la italoamericana Chiara Civello.

"Es la hora de que el público norteamericano entienda más a fondo nuestra música. Yo sé que han calado muchas (canciones), pero en el caso dominicano, quiero que entiendan lo que es bachata y merengue y esas fusiones que hacemos", señaló el cantautor.

"Ha llegado la hora", precisó al referirse "a la necesidad de abrir puertas, no solamente en EEUU sino en muchos otros países" donde han llegado en español "como Francia, Italia, Inglaterra", y añadió: "Cada vez que vamos a Holanda nos quedamos sorprendidos por cómo asimilan la música latina, cómo bailan y cantan", comentó.

Guerra también busca llevar sus dos nuevas composiciones a Japón, un país donde han surgido grupos de salsa, de jazz y de flamenco.

"Creo que en Japón están abiertas esas puertas también (a la bachata y el merengue). Si hay un país que me interesa es Japón", añadió el cantante, que por lo pronto promueve su nueva producción en Nueva York, donde se presenta en un macro concierto en el que compartirá escenario por primera vez con Alejandro Sanz.

Comentó que es amigo de Sanz, a quien ha visitado en su casa, pero que hasta ahora no se había dado la oportunidad de estar juntos en un mismo concierto, aunque no hay previsto un dueto.

No obstante, no será la última vez que el público disfrute de estas dos estrellas en un mismo espectáculo, ya que está en agenda una actuación este año en Valladolid (España), en el que además estará Miguel Bosé, quien promueve su nuevo álbum, "Papito".

El espectáculo del Madison Square Garden, en el que también participan David Bisbal y la colombiana Fanny Lu, se presentó ya en Miami, pero en esa ciudad no contó con Sanz.

En "La llave de mi corazón", en el mercado desde el 27 de marzo, Guerra continúa con la fusión de géneros que caracteriza su trabajo, pero por primera vez incluye el cadencioso mambo.

"Es uno de los más variados (en fusión de géneros), están el mambo y los merengues (y) cada uno tiene una distinción, algunos con perico ripiao, otros más electrónicos; son bien modernos y la bachata tiene influencia del jazz", comentó.

También es el disco más romántico de Guerra -cuya fuente de inspiración fue su esposa Nora- desde el lanzamiento de "Bachata rosa" en 1990, el más exitoso comercialmente y que le llevó a alcanzar la cumbre de su popularidad.

En su nueva producción el artista no incluyó ni temas religiosos -como muchos podían esperar, dada su conversión a la fe evangélica-, ni temas sociales, como en anteriores ocasiones en su carrera, porque, explica, "no salieron".

A la hora de componer para este proyecto fue el amor lo que lo motivó, insistió, antes de aludir a las "muchas influencias electrónicas" que tiene el trabajo, "y por supuesto la letra trabajada en forma poética".

Guerra concluyó con el aserto de que tras dos décadas en los escenarios lo que más satisfacción le ha dado es poder dedicarse a lo que más le gusta, la música.

También dijo estar feliz tras abrazar el Evangelio, en su búsqueda de paz.

"Por más premios, fortuna y fama, no tenía paz", recordó Guerra, quien dijo haber alcanzado ahora ese estado de ánimo.