Con sólo 14 años, Eduardo Soutullo pensó que no tenía sentido pasarse años estudiando música para luego interpretar sólo la de los demás. El músico, que nació por casualidad en Bilbao en 1968 pero ha pasado toda su vida en Vigo -es familia lejana de Reveriano Soutullo-, sintió desde esos primeros pasos la necesidad de crear. Y creó. Su trabajo ha sido premiado en diversos concursos. Hace dos días recibió la última buena noticia; su pieza Have you said spectral? ha recibido el primer premio del Concurso Internacional de Composición Pianística Manuel Valcárcel de la Fundación Marcelino Botín. Hoy y mañana la Orquesta Sinfónica de A Coruña interpretará en el Palacio de la Ópera de A Coruña, bajo la dirección de Hannu Lintu, la obra del compositor gallego "All the echoes listen", ganadora del Primer Premio Composición Ciutat de Tarragona 2005.

- "Have you said spectral?", ¿a qué responde el título de la pieza premiada?

- Es una especie de broma. Muchas veces, tras un concierto, me han preguntado si utilizo técnicas del espectralismo francés. Yo respondo eso: ¿Ha dicho espectralismo? Y es que, a pesar de mi admiración por la obra de este compositor, me siento más próximo a la estética del post-espectralismo y del "neo-modal". Es una música muy envolvente, de atmósfera, pero más intuitiva y tradicional.

- Hace cuatro años se trasladó a vivir a Madrid. ¿A la música contemporánea le cuesta buscar su espacio en Galicia?

- Sí, soy emigrante por pura necesidad, porque el meollo de la música contemporánea está en Barcelona o Madrid. Es paradójico, pero trabajo más en Galicia desde que estoy fuera de ella. La verdad es que los premios sirven para esto; si no tienes este aval es casi imposible que te tengan en cuenta en las programaciones. En Cataluña, el proteccionismo cultural es exagerado, pero creo que en Galicia se debería mostrar más la música hecha por gallegos.

- ¿Falla el público?

- En absoluto, cuando he estrenado mis piezas en Galicia los auditorios estaban completos. Lo que falla es la promoción, los precios; es un problema de gestión.

- Sin embargo, siempre ha habido músicos contemporáneos excesivamente conceptuales que han alejado a una buena parte del público no especializado.

- Es cierto, pero eso ocurrió más en los años 90. La música, como la pintura, tuvo una respuesta bastante agresiva con el público, con un lenguaje inasequible para la mayoría. Yo, sin renunciar a la música contemporánea, prefiero crear una vía de encuentro con el público. No me interesa que mi música se quede metida en cajas.

- La construcción del nuevo audiorio en Vigo, ¿qué perspectivas traerá a la música?

- Puede ocurrir que simplemente el circuito de conciertos que ahora se interpretan en Caixanova pasen al auditorio. Pero yo espero que vayamos más allá. Tenemos músicos, público, compositores, auditorio... los mismos ingredientes que tenía A Coruña hace 15 años cuando creó la Orquesta Sinfónica de Galicia. Habría que plantearse por qué esta formación tiene su sede allí y no en Vigo o por qué no creamos otra orquesta nueva aquí.

- La pieza que presenta en A Coruña es la primera parte de una trilogía. ¿Por qué se plantea una pieza en tres partes?

- Ninguna orquesta está dispuesta hoy en día a interpretar una sinfonía contemporánea de media hora, por eso decidí hacerla en tres piezas. Con esta primera conseguí un premio; la segunda fue realizada por encargo de la Fundación Autor y ahora trabajo en la tercera que enviaré a algún certamen. Cada parte de diez minutos puede llevarme ocho meses y necesitas un apoyo económico. Hoy los compositores también hacemos de copistas, no como ocurría con Reveriano Soutullo y los músicos del pasado, que tenían a personas para esa parte del trabajo.