Algunos llaman a los que trabajan en lo suyo "paleoartista" o "paleoilustrador" pero sería quedarse corto para definir esa actividad que nos permite visualizar (por el dibujo o la imagen animada) un mundo que quedó años atrás, perdido en la ultrahistoria. Reconstruir o dar vida a paisajes, homínidos o humanos, animales prehistóricos... es la apasionante tarea de este bilbaíno del 61, colaborador del Proyecto Atapuerca que pasó por Club FARO y que ahora acaba de publicar en Aguilar "El secreto de los fósiles".

- Fascinante parece su trabajo pero seguro que tiene una parte metódica, de disciplina...

- Las dos cosas. Muy metódico porque, al fin y al cabo, es un trabajo científico y hay que reducir el margen de error al mínimo aplicando una metodología estricta....

- ¿Y esa parte fascinante?

- La da lo que no se puede ver, que es lo que al final represento. La fotografía de algo que sabemos que existió pero que nadie ha visto. Ese viaje en el tiempo.

- En torno a los yacimientos hallamos antropólogos, paleontólogos, geólogos, físicos, arqueólogos... Usted ¿qué viene siendo?

-Estoy al final de la cadena. Podría limitarme a trabajo de taller, esperando a que me traigan los fósiles, los datos pertinentes. Pero no puedo aguantarme...

- ¿Que no puede aguantarse?

-(risas) Digo que no voy todos los días a los yacimientos pero lo que voy es fundamental. Participo en los estudios lo que me dejan, entro en terrenos como la disección, la exploración de espacios naturales prístinos, todavía no alterados por la acción del hombre...

- Eso de paleoartista ¿Le gusta?

-Es un atajo para definirnos pero para conseguir reconstrucciones que cumplan su objetivo no se puede uno confinar a un área artística y esperar impresiones.

- Protoceratops, velociraptor, iguanodón, thericinosaurio... ¿Esto es de verdad?

-Esto es de verdad, claro, pero lo que entra en las especulaciones son las imágenes con que se recrean los mismos. Digamos que las primeras reconstrucciones reflejaban más la imaginación de quienes las dibujaban pero, en la medida en que hay muchos más datos, se ajustan a sus más realistas dimensiones.Cuanto menos se sabe más se proyecta con la fantasía.

-Seguro que de niño leyó ese "Viaje al centro de la tierra"... A los reconstructores de hoy les dará risa aquella fantasía...

-Julio Verne acertó más en su libro sobre el viaje a la luna que con esta ficción prehistórica subterránea, sobre todo porque desde que él lo escribió el conocimiento de la estructura del planeta ha avanzado muchísimo. Pero encendió nuestra imaginación y nuestro placer por la ciencia.

"Lo que ha poblado la Tierra es inabarcable"

Aunque suene mal, Mauricio Antón habita más tiempo entre fósiles que en su casa, porque esos restos, desde huellas a huesos, constituyen cuando se les aplican modelos y tecnologías últimas todo un testimonio del pasado.

- ¿Ha sufrido o gozado como espectador entre esos monstruos anteliduvianos creados por Spielberg?

-Me he divertido mucho y, en cuanto a Spielberg, contrata decenas de asesores científicos. Pero el espectador debe saber siempre que no está asistiendo a un simposium de divulgación paleontológica.

-Hoy la realidad sobre ese pasado, por lo rica , llega quizás a donde antes no llegaba la imaginación...

-Cierto. La paleontología es una ciencia que depende del descubrimiento y todos los años se descubren especies nuevas desaparecidas antes inimaginables. Lo que ha poblado la Tierra es de una dimensión inabarcable.

- En el pasado, sus colegas no pasaban del dibujo pero es que ustedes, ahora, tienen el reto de interpretar el movimiento...

-Claro porque hoy la divulgación ya no es sólo impresa y ya no es que se pida que hagamos mover a aquellos animales sino que consigamos casi simulaciones biológicamente viables.

- ¿Y eso a qué obliga?

-A un trabajo ímprobo. Un modelo bien construído para una animación 3D por ordenador, por ejemplo, reúne muchas de las características físicas de un animal real de aquellos tiempos.

- ¿Cuánto, en síntesis, de verdad en lo que vemos?

-Depende del presupuesto y el rigor científico.