José María García se entristece al analizar el momento que viven actualmente los medios de comunicación. Sin embargo, le brilla mucho la mirada cuando habla, porque no se da por vencido. Ayer, la Asociación Profesional Española de Informadores de Prensa, Radio y Televisión premió al popular periodista durante una cena celebrada en el Hotel Samil de Vigo a la que acudieron numerosos profesionales de los medios.

- Le entregan el premio "Entrañable", algo que tiene un gran valor en una profesión que se está deshumanizando.

- Pues sí, recibo este premio con alegría y agradecimiento ya que es cierto que esta profesión se ha ido deshumanizando. El periodismo español está pasando su peor época. Se encuentra en un estado catatónico y habría que retornar a los tiempos de Franco para encontrar una situación tan siniestra como la que vivimos ahora.

- ¿Cómo se ha llegado a esta situación?

- Los empresarios no son empresarios y los periodistas tampoco. La pluralidad no existe y el gran damnificado es el receptor: oyente, lector o telespectador.

- ¿Qué opina de la decisión del PP de vetar al grupo Prisa?

- Es un ejemplo más de lo que estamos hablando. Tenemos unos políticos mediocres. Y esa mediocridad arrastra a los profesionales de la información que, en un elevado porcentaje, han sido sustituidos por pseudoperiodistas. La bancarrota informativa es indiscutible.

- Usted vivió esa falta de libertad de expresión en sus propias carnes tras la censura de su entrevista con Jesús Quintero en TVE.

- Una vez más, el fiel reflejo de lo que digo. Hacía mucho tiempo que no realizaba declaraciones, pero estaba preocupado por la situación actual y por la guerra sin cuartel de partidos políticos y periodistas, que después de haber vencido una transición complicada, los intereses de unos y la comodidad de los otros nos ha vuelto a llevar a fraccionar a España entre rojos y fachas. Por eso al llamarme Quintero acepté. La entrevista era dura, pero no hubo ningún insulto, como se pudo comprobar. Y aunque los hubiese habido, el sistema no es la censura, sino el juzgado. Pero casi tan grave como la censura fue que TVE pusiera la cinta a disposición de El Mundo y, según parece, también se la ofreció a El País, aunque el subdirector no la quiso. Lo cierto es que ha batido récords en internet.

- Recientemente, Quintero ha renunciado a seguir como presentador del programa.

- Yo no soy quién para juzgar a nadie, pero confiaba en Quintero y creo que debía haber estado en la rueda de prensa que ofrecí yo y haber anunciado entonces su dimisión. Ahora, al menos para mí, ha perdido parte de su credibilidad.

- ¿Tiene intención de volver a ponerse delante del micrófono?

- Tengo entre manos el proyecto de un programa ambicioso, que no es deportivo, y estoy en conversaciones con varios grupos, pero es complicado que salga adelante por la situación que vive el país. Tenemos un gobierno que ha tenido que aprender demasiado deprisa y una oposición enrabietada que destila odio, sed de venganza y aún no admite su derrota. Algún día la historia dirá el daño irreparable que la vanidad y pedantería de José María Aznar ha provocado. Mientras, Rajoy, mi amigo o ex amigo es un muñeco en sus manos.